Adolescentes regalan escucha a quienes tanto tienen que contar

Álvaro Fernández
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El Mes del Mayor ofrecerá durante todo el mes varias de actividades en las que los residentes de San Ramón y La Milagrosa disfrutarán de actividades llenas de vida

Jóvenes y mayores compartieron una emotiva jornada de juegos y convivencia intergeneracional - Foto: A.F.

En el marco del Mes Cultural del Mayor, la Residencia San Ramón y La Milagrosa celebró un entrañable encuentro intergeneracional con el grupo de adolescentes del programa estival del Centro Joven. El lugar fue el parque de la Plaza Primero de mayo, conocido popularmente como El Congo, donde más de 40 personas, entre residentes y jóvenes, compartieron juegos tradicionales, risas y experiencias que traspasaron la barrera generacional. La iniciativa busca fortalecer vínculos entre generaciones, fomentando el respeto mutuo y el entendimiento a través de la convivencia directa y el ocio compartido.

En esta actividad, incluida en el programa especial de julio con motivo de la festividad de San Joaquín y Santa Ana, patronos de los abuelos, los participantes disfrutaron de una jornada de convivencia basada en la práctica de juegos populares como la petanca y los bolos castellanos, algunos adaptados para que pudieran participar todos, independientemente de su movilidad. «Queremos que nuestros mayores estén activos, y este tipo de actividades les motivan mucho más porque salen de la rutina y les hacen sentirse protagonistas», señaló Irene García, terapeuta ocupacional del centro. «Además, les encanta estar con jóvenes, les da alegría, les hace recordar y también aprenden de ellos», añadió. García destacó que esta conexión también aporta beneficios cognitivos y emocionales que se notan más allá del momento del encuentro.

Desde el lado de los adolescentes, la respuesta también fue muy positiva. Javier Collado, educador social y responsable de los talleres de verano del Centro Joven, explicó que «para ellos es una experiencia muy enriquecedora, ya que muchos no tienen contacto frecuente con personas mayores y esta es una manera bonita de generar conciencia y valores». 
Además, Collado recalcó que con este tipo de actividades, «aprenden juegos que no conocían y se dan cuenta del valor de la experiencia y el respeto». Asimismo, destacó que este tipo de encuentros forman parte de una línea de trabajo más amplia dentro del programa de verano, centrada en fomentar la empatía y la convivencia. «Incluso los que al principio dudan, se implican mucho al ver el entusiasmo de los mayores».

Uno de los juegos populares que compartieron ambos grupos fueron los bolos castellanosUno de los juegos populares que compartieron ambos grupos fueron los bolos castellanos - Foto: A.F.

Aunque la actividad duró apenas una mañana, su impacto emocional fue profundo, como cada vez que salen y hacen actividades externas. «Después de volver al centro, no paran de hablar de lo bien que se lo pasan, y lo comentan entre ellos, con sus familiares, y eso también forma parte del beneficio emocional, porque no solo es la actividad en sí, sino lo que deja», comentó García. Muchos residentes aseguran que esperan estas citas con especial ilusión, preguntando con antelación qué nuevas propuestas se les tiene preparadas. Para los organizadores, este entusiasmo es una prueba de que los espacios compartidos tienen un efecto muy positivo en la autoestima y el estado de ánimo de los mayores.

Este encuentro es solo una de las numerosas propuestas que incluye el Mes Cultural del Mayor, que arrancó oficialmente el pasado lunes con el pregón inaugural de Conchi Zarco, exconcejala y directora del grupo teatral Sesparke, quien con cercanía y humor puso en valor «la importancia de un abrazo por delante de cualquier tecnología». Su intervención marcó el inicio de unas jornadas diseñadas para llenar de vida y sentido los días de los residentes. 

Durante las próximas semanas, los mayores disfrutarán de talleres de yoga, cocina saludable, imagen personal, bingos con premios, actividades con mascotas, lecturas, juegos y una clausura festiva con baile y aperitivo. Todo pensado para celebrar la vida, fomentar la participación activa y, como se demostró con los jóvenes, tender puentes entre generaciones y romper el aislamiento social que a menudo sufren, devolviéndoles protagonismo y voz dentro de la comunidad.