Motores con historia

I.P.NOVA
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Más de una veintena de vehículos transitaron ayer la última etapa del Rally de Castilla-La Mancha organizada por el European Car Club 'Los Antiguos', con la que recorrieron el paraje de la Ciudad Encantada y Cañete

Motores con historia - Foto: Reyes MartI­nez

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- Foto: Francisco Romero Reyes Martínez

Los clásicos nunca mueren, o nunca dejan de andar, por lo que parece. Ayer más de una veintena de vehículos antiguos concluyeron una interesante aventura que partió de Benidorm el pasado sábado. Coches de los años 50 hasta los 80 recorrieron las carreteras de la provincia para embellecer, aun más si cabe, la serranía conquense con sus valiosas joyas del kilometraje.
Willy Claeys es el presidente del European Car  Club Los Antiguos, la organización que lleva a cabo este ambicioso e intrépido rally que concluyó ayer en el hotel NH con la entrega de premios a una prueba de regularidad que han disfrutado estos días. Tras recorrer Albacete y Cuenca desde hace una semana, estos coleccionistas de la velocidad dieron por terminada una de sus muchas aventuras en la carretera. «Los coches, mayoritariamente son de los años sesenta y setenta. Nos hemos desplazado hasta aquí unas 50 personas y estamos disfrutando mucho de los paisajes y la comarca», explicaba Willy Claeys.
Estos corazones motorizados disfrutaron ayer de una apasionante jornada que comenzó con la salida en dirección a Fuentes, donde realizaron la segunda prueba de regularidad del rally. «Sabemos cuales son los puntos por los que pasa, en este caso: Carbonera de Guadazaon, Cañete, la Ciudad Encantada o Campillos Sierra. Pero al ser una prueba de regularidad no sabemos donde está el finish», explicaba uno de los participantes de la ruta, de nacionalidad argentina. Ya que, dentro de ‘Los Antiguos’ hay personas de todas las nacionalidades. Aun siendo un club originario de Benidorm, sus miembros proceden de Dinamarca, Alemania, Inglaterra, España, Argentina... 
Un bonito paraje natural, como la Ciudad Encantada, se engalanó con un tono de  color gracias al rugir de motores de Porches, Jaguars,  Maseratis que motorizaron la más ruda y pura naturaleza conquense.