Las funerarias afrontan una caída del gasto medio por sepelio

Miguel A. Ramón
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Desde Serfuconsa y Grupo Alborada constatan, tras la pandemia del Covid-19, un incremento paulatino tanto del volumen de incineraciones como de la venta de urnas y ataúdes ecológicos

Los conquenses optan cada vez más por ataúdes más comunes y, en consecuencia, más baratos. - Foto: R.M.

Todo evoluciona en este mundo y el sector funerario no es una excepción. La pandemia del Covid-19 cambió la reglas del juego y parece haber provocado ciertos cambios en la sociedad que se están haciendo patentes en este sector, una vez se ha regresado a la normalidad, tal y como coinciden en afirmar desde dos empresas funerarias conquenses de referencia, como son Grupo Alborada y Serfuconsa (Servicios Funerarios Conquenses).

Cambios sociológicos que se están materializando en un claro descenso del gasto medio de los conquenses por sepelio, al inclinarse cada vez más por la incineración y los ataúdes estándar para dar sepultura a los seres queridos.

Carlos Solera, coordinador del Grupo Alborada, Servicios Funerarios de Cuenca, constata ese menor gasto en los servicios funerarios en los últimos tiempos, a la vez que puntualiza que se trata más bien de una tendencia más marcada en la capital, porque en los municipios de la provincia continúan gastándose más en los entierros «por tradición y costumbre».

Este abaratamiento de los servicios funerarios está pasando fundamentalmente, según afirma el coordinador, por la elección del ataúd, al inclinarse por un modelo más sencillo y, en consecuencia, más barato.

Algo en lo que coincide en asegurar Javier López, gerente de Serfuconsa, quien no solo indica la tendencia a reducir gastos con la elección de ataúdes más comunes, dejando a un lado los de categoría media-alta o alta, sino también con el encargo de menos flores que antes.

Novedades. Pero en esta vuelta a la normalidad, tras la pandemia del Covid-19, también se ha afianzado, tal y como coinciden en corroborar ambos profesionales, el constante incremento de las incineraciones.

No en vano, «cada vez son más los conquenses que optan por la cremación, hasta el punto de que se ha llegado a normalizar como una fórmula más en el último adiós a nuestros seres queridos», indica López,  al tiempo que llama la atención sobre «la moda», cada vez más pujante, de «encargar relicarios con las cenizas del finado, bien en forma de colgante o de pulsera».

Y es que todo está evolucionando, hasta el punto de que «son cada vez más las familias que optan por cerrar por la noche la sala de velatorio y así descansar después de una jornada dura; una costumbre más arraigada en las grandes ciudades, pero que se está abriendo paso en Cuenca», precisa el gerente de Serfuconsa.

Asimismo, el sector funerario conquense está viendo cómo se afianza paulatinamente una mayor preocupación por el cambio climático, que se está plasmando en los servicios funerarios. No en vano, tal y como señalan ambos, «se está notando en los últimos tiempos una tendencia hacia la elección de artículos ecológicos, tanto en ataúdes como en urnas.

En este sentido, para el coordinador del Grupo Alborada, la concienciación con el cambio climático está muy presente entre los clientes que «buscan contribuir lo menos posible a la huella de carbono, de ahí que elijan este tipo de artículos»; algo que lleva, según agrega, a que «estemos ofreciendo más estos ataúdes y urnas a las familias, a la vez que ellas estén demandándolos más».

Una apuesta por la ecología a la que, según dice, se suma el Grupo Alborada no solo con la instalación de placas solares en una apuesta por las energías limpias, sino también con la introducción de vehículos eléctricos o, cuando menos, híbridos, a medida que se vaya renovando la flota.