Maximino Pérez tilda la feria taurina de «increíble»

Leo Cortijo
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El empresario está «contento» con el resultado artístico del serial y con la respuesta del público y apunta que «cuando lo bueno se da a menudo tendemos a normalizarlo, pero es difícil lograrlo»

Maximino Pérez tilda la feria taurina de «increíble» - Foto: Javier Guijarro Fotografia

Maximino Pérez está contento. El empresario de la plaza de toros hace balance de la feria taurina y está «muy satisfecho» por lo visto en el ruedo tanto por toreros como por ganaderías, como con la respuesta de los aficionados. Este San Julián le deja «muy buen sabor de boca» y «el ánimo y la ilusión» de empezar a pensar «cuanto antes» los carteles del año que viene. Aunque eso, por ahora, todavía queda muy lejos... «Creíamos que la del año pasado iba a ser una feria irrepetible, pero llega ésta y es igual de tremenda», argumenta, y es que «cuando lo bueno se da a menudo tiendes a normalizarlo, pero no podemos perder de vista que lo que hacemos todos los años es muy difícil».

El máximo responsable de MaxiToro bucea en su baúl de recuerdos y no encuentra un único nombre propio con el que quedarse como triunfador del serial. Como punta de la lanza sitúa la actuación de Fernando Adrián, las cuatro orejas de Emilio de Justo o el papel de Diego Ventura y Guillermo Hermoso de Mendoza. Pero también pone el foco en el oficio de El Juli o la sustitución de Joselito Adame, que confirma que «de 26 sustituciones, 23 han salido a hombros».

En el apartado ganadero, aumenta el alcance de la lupa y subraya que le «encantaron» el quinto y el sexto de Román Sorando, «extraordinarios»; la corrida de Pallarés; el lote de Adrián y un toro más «con matices» que le tocó a Manzanares de José Vázquez; y «en conjunto y completa, aunque no hubiera ningún toro de vacas» la de Rehuelga, que puso «la guinda y la emoción».

En lo que se refiere a la asistencia de público, el empresario también está muy contento, destacando sobre manera el día de los recortes –cuando se puso el cartel de 'No hay billetes– y la última cita del abono, con el cartel estrella, donde casi se rozó el lleno. El resto de días, aunque no a ese nivel, «la entrada estuvo muy bien y es para estar satisfechos». Maximino hace un alto en el camino y se detiene en la clase práctica, «contento» por haberla recuperado, por el empaque que se le dio, por Moset y por Miota, «que lidió una novillada extraordinaria». Sí es cierto que echó en falta algo más de «actitud de novillero» en alguno de los jóvenes y sacó como «lección» que el año que viene las entradas sí sean numeradas para que los abonados puedan ocupar sus localidades habituales y no que cada persona que accede se sitúe el lugar que considere. «Eso lo arreglaremos y sentimos si algún abonado se ha podido molestar», añade.

Ahora, aunque resten 365 días para la feria taurina de 2024, el encargado de regir los designios del coso del Paseo de Chicuelo II está a punto de ponerse manos a la obra: «Nos tenemos que sentar tranquilamente, ver lo que hemos hecho bien y lo que hemos hecho mal y repetir lo bueno y corregir lo malo». Eso sí, lo hará desde una perspectiva «positiva», ya que entiende que esta feria, por mucha diferencia además, «es para ver el vaso medio lleno y no medio vacío».