José Luis Muñoz

A SALTO DE MATA

José Luis Muñoz


Premios y honores, mejor para los vivos

02/03/2023

Encargo de manera firme a mis familiares y amigos que de ninguna manera permitan que se me otorguen honores póstumos de cualquier clase o categoría. En el supuesto, ciertamente hipotético, de que a alguien, persona o institución, se le ocurra la idea de reconocerme algún mérito, deberá hacerlo mientras esté vivo, simplemente para poder dar las gracias y, al final del acto, irnos todos a tomar unas cañas. Si no, que se olviden.

Los honores póstumos tienen sentido cuando el protagonista muere de forma súbita, inesperada. Fernando Zóbel murió en Roma el 2 de junio de 1984. Al día siguiente, el Ayuntamiento de Cuenca, reunido en sesión urgente, acordó concederle la medalla de oro de la ciudad, a título póstumo. Esa fue una decisión oportuna y razonable; nadie podía imaginar que el artista moriría en aquel viaje. En esos casos, sí tiene sentido lo del título póstumo.

Ahora van a hacer hijo predilecto a Enrique Domínguez Millán, que vivió 94 años. Fuimos amigos, compartimos muchas charlas y confidencias y por eso se que estuvo esperando pacientemente que algún concejal se acordara de él para que la ciudad en que nació pudiera reconocer su inmenso trabajo como periodista, escritor y hombre de la cultura. Es injusto que no le dejaran disfrutar de ese momento de pequeña gloria personal. Lo agradecerán sus hijos, dos años después, pero no es lo mismo.

En Tarancón han acordado nombrar hijo predilecto al economista José Juan Ruiz, presidente del Real Instituto Elcano, que está vivo, y en Andalucía acaban de hacer lo propio con el cantante David Bisbal. Son dos ejemplos, entre otros muchos. El Ayuntamiento de Cuenca viene practicando últimamente la fea costumbre de entregar galardones a título póstumo y no se por qué lo hace. Puede ser que les falte información, que no estén seguros de quienes merecen los galardones o cualquiera sabe qué motivo les impulsa a actuar así. Deberían corregir esa tendencia. Para ayudar a los miembros de la corporación, voy a desgranar aquí unos cuantos nombres de personas destacadas en diferentes actividades, con una labor ya consolidada y susceptible de recibir algún tipo de reconocimiento por parte de esta ciudad.

Empezaré por mi propio gremio profesional, el de los periodistas, en el que contamos con un nombre de primer nivel, Raúl del Pozo (Mariana, 1936), que mantiene una columna diaria en un lugar tan destacado como la última página en el diario El Mundo, además de contar con una sólida carrera literaria. En el sector artístico destaca la figura de Adrián Navarro (El Provencio, 1942), que ha hecho de la alfarería y la cerámica una actividad de primerísimo nivel, que desborda con mucho los límites tradicionales adjudicados a esta labor artesanal, como pudimos comprobar en su última brillante exposición. La música, un sector artístico siempre prioritario entre nosotros, cuenta con Teófilo Alcantarilla, que ha paseado por el mundo su nombre profesional de Theo Alcántara (Cuenca, 1941), dirigiendo las más prestigiosas orquestas clásicas y de ópera, como hemos podido apreciar en varias ocasiones en nuestra propia ciudad. El arte dramático tiene en Sonsoles Benedicto (Cuenca, 1942) una de las más sólidas damas del teatro clásico español, con una larga trayectoria en el cine y en series de TV, refugio último de casi todos los que se dedican al esfuerzo de la escenificación dramática. El Ejército español tiene en el teniente general Félix Sanz Roldán (Uclés, 1945) un firme pilar que ha puesto de relieve en puestos de enorme importancia, como el de Jefe del Estado Mayor de la Defensa y posteriormente Director del Centro Nacional de Inteligencia, al que ha sustituido ahora otro cargo no menos relevante, el de presidente del Consejo Social de la Universidad de Castilla-La Macha.

En otro apartado sectorial igualmente destacado e importante, el religioso, se puede mencionar a Andrés Carrascosa Coso (Cuenca, 1955), arzobispo dedicado desde que terminó los estudios sacerdotales a la diplomacia vaticana, ese departamento tan peculiar que ahora le ha llevado a ser nuncio del papa en El Ecuador, tras haber desempeñado misiones en otros muchos países. En el ámbito de la creación literaria, singularmente la poética, que siempre ha sido una especialidad muy sensible en Cuenca, se puede señalar la figura de José Ángel García (Madrid, 1948), probablemente una de las voces más firmes, a la vez que originales, de la literatura poética entre nosotros, además de contar con una muy respetable obra narrativa, sin olvidar su trabajo profesional como periodista radiofónico. En el mundo del espectáculo contamos con una personalidad ciertamente muy llamativa y popular, María del Carmen Martínez Barrasa (Cuenca, 1943), que durante muchos años llenó los escenarios y difundió, sobre todo a través de la TV, unos personajes emblemáticos (entre ellos, la muy conquense Doña Rogelia) que dieron lugar a un riquísimo repertorio pleno de humor e imaginación.

Podría ampliar la lista, pero como se puede comprobar, he elegido solo un nombre de cada actividad, consciente de que esa relación podría ampliarse con otros varios, que sin duda se le ocurrirán a cualquier persona que invierta unos cuantos minutos en pensar en estas cuestiones. Se puede comprobar también, por las fechas, que salvo el nuncio Carrascosa, que solo tiene 68 años, los demás se encuentran en el rango de los 70-80, o sea, una edad muy apropiada para que un Ayuntamiento sensible y orgulloso de las personas que nacieron en la ciudad o residen y trabajan en ella, reaccione a tiempo y conceda los honores y distinciones que considere justos y necesarios. De verdad lo digo, no hace falta esperar a que la gente se muera para otorgar los títulos de Hijo Adoptivo o Hijo Predilecto.