El saber no ocupa lugar

Manu Reina
-

Coral ensalza las virtudes de leer un libro físico porque es «mucho más cómodo», mientras que Juan y Ayan se decantan por las obras digitales al ser «más accesibles» para cualquier persona

El saber no ocupa lugar - Foto: Manu Reina

Leer es una de las acciones más enriquecedoras que existen. Cada libro es un pozo sin fondo de conocimientos, términos y formas de expresiones, que permite al lector formarse y construir una base sólida tanto para hablar como para escribir. La dedicación a la lectura depende de cada uno, pero los expertos recomiendan hacerlo al menos durante un cuarto de hora al día, que es un tiempo más que asumible para cualquier persona. 

La forma más tradicional es coger directamente un libro de una estantería, librería o biblioteca y emprender así un viaje a través de sus páginas. Coral Bayo es una joven que apuesta por este método y recalca que «es la más cómoda». Ella ama la lectura y de ahí que cuente en su hogar con más de medio millar de ejemplares. «Puedo tocarlos, llevármelos a cualquier sitio, prestárselos a mis conocidos o intercambiarlos con otras personas», subraya esta joven, que está terminándose en estos momentos la obra literaria de Los Bridgerton.

Sin embargo, con la irrupción de la tecnología y la digitalización, aparecieron en escena los libros electrónicos, que se recogen en un ebook, que es un dispositivo que permite leer de forma digital. Hoy se conmemora la efeméride de la aparición de esta herramienta que cada vez usa más gente. Juan Cano y Ayan Mameyev apuestan por esta opción porque «son mucho más baratos y puedes tener decenas de ejemplares en un mismo dispositivo». Juan reconoce que le gusta viajar con su ebook y explica que «pesa poco y ocupa un espacio mínimo, mientras que los libros físicos pesan mucho más y tienen mayor tamaño». Por su parte, Ayan, que está leyéndose en estos momentos Manolito gafotas, opina lo mismo y añade que «es más fácil pasar cada página y tiene mayor usabilidad».

Coral no piensa cambiar de formato y recalca que «el libro impreso se puede leer en cualquier sitio y, a diferencia del electrónico, no necesitas que tenga batería o que esté enchufado a la luz». Además, esta joven recuerda que «pasar horas delante de la pantalla puede dañarte la vista». Por su parte, Juan, que está leyéndose El ejército negro, ensalza que los libros electrónicos «son más accesibles porque el lector puede ampliar el tamaño de la letra si lo necesita».

Cada método tiene sus ventajas y sus inconvenientes, aunque depende de cada lector y de sus hábitos. No obstante, los tres coinciden en que leer es «una acción muy beneficiosa para crecer como persona». Además, estos jóvenes, que resaltan que cada libro es un «viaje o aventura», aconsejan «dedicarle un poco de tiempo cada día», ya que, cuando «te quieras dar cuenta, tendrás más vocabulario y soltura para hablar y escribir». 

Y es que la lectura aumenta la comprensión, atención, observación, concentración, reflexión, pensamiento crítico y memoria de las personas. Y no solamente eso, sino que la lectura de libros combate el aburrimiento, fomenta el desarrollo personal y profesional, favorece la conversación y las relaciones, y es un antídoto contra la soledad.

Verano. La dedicación a la lectura crece durante las vacaciones y la llegada del buen tiempo. Muchos aprovechan sus días libres, sus escapadas o viajes, así como sus momentos de relax, para empezar aquel libro que tenía pendiente o retomar aquella obra que comenzaron y que no pudieron terminar. Coral, Juan y Ayan harán lo propio y reconocen que cuando más leen es «en estos meses de verano, porque es cuando más tiempo tenemos». Los tres aseguran que aprovecharan estas fechas para dar carpetazo a distintas obras. Se suele considerar que las lecturas para el verano deben ser ligeras, ya que el cerebro, supuestamente, pide desconexión total y, por lo tanto, hay que abandonarse a obras entretenidas y divertidas, fáciles de leer, sin mayores pretensiones que hacer pasar un rato agradable, que se puedan devorar una tras otra sin dejar de estar relajados.