Como estaba previsto, se celebraron dos de los tres conciertos por San Julián sobre el césped de La Fuensanta y, como estaba previsto, una vez retirado el escenario se pudieron apreciar grandes daños en el terreno de juego. Unos daños que, en estos momentos, impiden que la Unión Balompédica Conquense pueda jugar sus partidos de la liga. Es el tercer año consecutivo que ocurre lo mismo, el tercer año que este Ayuntamiento de Cuenca, con el mismo alcalde, permite que se celebren los conciertos sobre el césped del estadio de La Fuensanta y que se produzcan unos daños de tal envergadura que el terreno de juego no termina de recuperarse. Y luego, con dinero de los contribuyentes, sacan un concurso para adjudicar a una empresa el arreglo del campo. O sea, primero hago el daño y después pago el arreglo. ¿Esto tiene lógica?

La cosa es evidente. El Ayuntamiento tiene una instalación deportiva como el estadio de La Fuensanta, el mejor campo de fútbol de la ciudad, donde únicamente puede jugar el Conquense, ahora en Tercera División. Una instalación que todavía no se ha inaugurado oficialmente porque no está completa su construcción, pero que, desde agosto de 2011 con la visita del Real Madrid Castilla, está en uso, aunque falte por invertir la mitad del presupuesto previsto cuando se proyectó.

Ayer lunes, el presidente del Conquense, Ángel Mayordomo, publicó un vídeo en el que confirmaba que se verán obligados a jugar en el 'Cristina Martínez', del complejo Luis Ocaña, mientras se arregla La Fuensanta. Un campo no apto para partidos oficiales, sin taquillas, sin luz artificial, sin marcador, alejado el público por las pistas de atletismo, que para eso se ha construido, y con un césped que en el que se juegan partidos de rugby.

El año pasado, los daños fueron menores, pero existieron. Hubo algún partido en el que no entendemos que el árbitro no lo suspendiera por el mal estado del terreno de juego, un barrizal peligroso para todos los contendientes, incluso para los colegiados. Con las dos amargas experiencias, este año se vuelve a cometer la misma tropelía. Además del evidente y doloroso deterioro del césped, se añade el hacerlo en las mismas fechas que hay competición, lo que causa un gran perjuicio al equipo más representativo del fútbol capitalino. ¿Qué sentido tiene esto?

El Conquense ha apostado fuerte esta temporada por tener un equipo que luche por ascender, ese es el mensaje a su masa social, pero si no hay campo donde jugar, ¿en qué queda toda esa pretensión? Mientras, el presidente del Conquense pidiendo disculpas a sus aficionados por no jugar en La Fuensanta y el concejal de Festejos no dice ni pío. Es necesario que el Ayuntamiento se tome en serio la política deportiva de sus instalaciones, este verano sigue sin invertir un euro en las mismas, pero también sería necesario que no tuviéramos tantos políticos irresponsables e incompetentes.