Si a cualquier aficionado le preguntan cuál es la principal novedad o el torero emergente que quiere ver este año en su plaza, la inmensa mayoría contestaría que Tomás Rufo. El que está siendo la gran revelación de la temporada desembarca en Cuenca para debutar en estos lares con la maleta repleta de triunfos en las principales plazas del panorama taurino. El toledano es ahora mismo la guinda del pastel de los carteles con mayor tirón entre el público y, por consiguiente, también  en la taquilla. Si en 2021 ya firmó una hoja de servicios más que destacable, en lo que llevamos de año se ha entretenido en cortar tres orejas en la Real Maestranza de Sevilla, otras tantas en Valladolid, puerta grande en Las Ventas de Madrid, indulto en Nimes, otros dos trofeos en Granada y tres más en Alicante, por citar algunos ejemplos. 

Con apenas 23 años, el matador natural de Pepino ya se codea con las principales figuras del toreo. Tomás Rufo ha demostrado que tiene condiciones y aptitudes para seguir estando en la picota. Hay mucho margen de mejora y seguro que lo mejor está por llegar. Con sus elecciones a medio y largo plazo sabremos si va a ser acero toledano que parta el bacalao o se queda en una mera réplica de aquellas espadas que ahora mismo están destinadas a la decoración.

El cartel no está 'cojo', y es que además de la presencia de José María Manzanares, ofrece un aliciente extra al encontrase en él un tal Julián López Escobar. El Juli atraviesa uno de sus mejores momentos. De no ser por la espada, habría reventado la plaza de Las Ventas durante el pasado San Isidro, y es que el torero de Velilla, como el buen vino, está ofreciendo una versión muy depurada de su toreo esta temporada. El mando siempre lo tuvo en las muñecas y el poder en una prodigiosa muleta. Ahora depura las imperfecciones que durante mucho tiempo una parte de la afición le recriminó. Estoquearán toros de José Vázquez, que quiere volver por sus fueros triunfalistas.