Desde el principio fue su primera opción y, de hecho, la Diputación llevó a cabo todas las gestiones oportunas con el Ayuntamiento de la capital para adquirir por casi 2 millones de euros el antiguo edificio de Icona y mantener así en él las dependencias del Organismo Autónomo de Gestión Tributaria y Recaudación (OAGTR), después de más de 25 años en este emplazamiento. 

Pero la interposición de un recurso del Grupo Municipal Ciudadanos (Cs) contra la segregación de este inmueble, primero ante el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Cuenca, que fue desestimado, y después ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM) llevó a la institución provincial a buscar otro lugar para la nueva sede del OAGTR, que finalmente será en el número 16 de la calle Diego Jiménez. 

Nuevo escenario. La desestimación el pasado 4 de julio del recurso de Cs por el alto tribunal castellanomanchego ha dibujado un nuevo escenario, en el que la Diputación Provincial no renuncia a hacerse con este edificio, situado a tan solo unos metros del Palacio Provincial, en la calle Las Torres.

De hecho, su presidente, Álvaro Martínez Chana, se pronunciaba recientemente en este sentido y aseguraba que la institución provincial no descarta la adquisición del antiguo edificio de Icona para ubicar en él otros servicios de la institución provincial, ahora en otras dependencias más alejadas de la sede central de la Diputación. 

Y es que para Martínez Chana, «se trata de un edificio muy vinculado a la Diputación Provincial, con personal en él desde el año 1993», de ahí que se mostrara dispuesto a retomar las negociaciones con el Ayuntamiento de la capital para llevar a efecto esta operación de compra a lo largo de la presente legislatura, «siempre y cuando no se pongan trabas como en la vez anterior».

Negociaciones que, tal y como apuntaba en su momento, se podrían iniciar en unos meses, ya que «ahora no es el momento».

Para ello,  recordaba que  lo primero que tiene que hacer el Consistorio es desafectar este edificio para poder acometer la operación.

En definitiva, todo queda en el aire a la espera de los correspondientes movimientos por  parte de ambas administraciones.