Las cámaras volverán al Casco para regular el tráfico rodado

Miguel A. Ramón
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El Ayuntamiento tiene una propuesta de modificación de la Ordenanza de Tráfico que prevé consensuar con vecinos en una reunión la próxima semana y posteriormente con sectores afectados, como hostelería

Las cámaras volverán a habilitarse en las tres entradas al Casco Antiguo, como son Puerta Valencia (en la imagen), Puente de la Trinidad y barrio del Castillo. - Foto: Reyes Martínez

El Ayuntamiento de Cuenca tiene claro que hay que regular el tráfico rodado al Casco Antiguo en aras de una movilidad más respetuosa y ordenada y para ello van a entrar de nuevo en juego las cámaras de control en los distintos accesos a esta zona de la ciudad, eso sí sólo durante los días festivos y fines de semana, tal y como confirma a La Tribuna el concejal de Movilidad, Adrián Martínez Valencia.

Cámaras, por cierto, que, junto a la limitación del tiempo máximo de permanencia en la parte alta, se implantaron en 2018 por el anterior equipo de Gobierno municipal de Ángel Mariscal, lo que suscitó mucha polémica, hasta el punto de colarse en la campaña electoral de las municipales de 2019 y convertirse, incluso, en una de las primeras decisiones del entonces recién elegido alcalde, Darío Dolz, cuando anuló dichas limitaciones.

Ahora las cámaras regresarán, junto a otro tipo de medidas de control y restricción, en forma de propuesta del Consistorio para modificar la Ordenanza Municipal de Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor, Seguridad vial y Régimen de Uso de la Vía Pública en lo relativo a la reestructuración de los accesos al Casco Antiguo, aunque, según subraya el concejal, «de la mano de vecinos y afectados».

Las cámaras volverán a habilitarse en las tres entradas al Casco Antiguo, como son Puerta Valencia (en la imagen), Puente de la Trinidad y barrio del Castillo. Las cámaras volverán a habilitarse en las tres entradas al Casco Antiguo, como son Puerta Valencia (en la imagen), Puente de la Trinidad y barrio del Castillo. - Foto: Reyes Martínez

Y es que, en palabras de Martínez Vicente, «la pasada legislatura nos comprometimos a paralizar el sistema de control de acceso hasta que tuviéramos una alternativa y ahora ya tenemos un borrador de cómo se puede quedar ese control del tráfico rodado, eso sí, en todo momento con el consenso de los vecinos».

No en vano, desde la Concejalía de Movilidad se tiene previsto mantener una reunión con los vecinos del Casco la próxima semana para darles a conocer esta propuesta y recoger sus sugerencias y aportaciones, al igual que se va a hacer con las formuladas por el resto de conquenses, ahora que está abierto un periodo de consulta pública durante diez días hábiles a contar desde el pasado 2 de octubre.

Pero ese esperado consenso no solo se reducirá a los vecinos del Casco Antiguo, sino que se hará extensible al sector hostelero, de ahí que el concejal de Movilidad tenga intención de reunirse con la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo para informarles de la propuesta municipal y recoger, en consecuencia, sus opiniones al respecto. 

Una propuesta que, a su juicio, tiene un objetivo más que claro: «actualizar la ordenanza a la problemática real de la ciudad».

Propuesta municipal. Es por ello que en esta propuesta inicial se incluye el control del tráfico rodado hacia el Casco Antiguo a través de cámaras en el Puente de la Trinidad, Puerta de Valencia y barrio del Castillo,  de autorizaciones para aquellas personas que tengan que acceder a esta zona de la ciudad y no sean residentes y de niveles de paso para residentes dependiendo de, por ejemplo, si tiene que hacer uso de la zona verde, si tiene su propio garaje o si, aunque no sea residente, tiene una segunda residencia en la parte alta. 

Para Martínez, también hay que incorporar salvedades que no se recogían en la ordenanza anterior, como por ejemplo qué pasa con aquellos visitantes que vayan a hospedarse a un  hotel del Casco pero no tenga reserva previa o cómo los propios hoteles pueden habilitar el paso de sus clientes que sí tengan reserva. 

Una modificación que, en opinión del edil, tendrá que tener en cuenta la futura ordenanza reguladora de la Zona de Bajas Emisiones del centro o la nueva Ordenanza de Vehículos de Movilidad Personal. De ahí que «no se vaya a correr, porque lo que queremos es que se haga bien».