Cuenca es una ciudad que se presta, y mucho, para pasear. No son pocos los enclaves de la ciudad que guardan auténticas maravillas para desconectar y olvidarse del rutinario día a día al mismo tiempo que se practica algo de ejercicio. Todo es positivo. La mayoría de caminantes eligen estas rutas dentro del gran entorno natural que rodea a la metrópoli. Aunque los hay que, por el contrario, prefieren la propia urbe para esparcirse y, en este sentido, la zona centro o el Casco Antiguo se llevan la palma.
Ahora bien, hay un punto de Cuenca que muy pocos conocen en su interior y que se presta a ello perfectamente. Hablamos del barrio de San Antón. Recorrer sus serpenteantes, empinadas y laberínticas calles tiene un «encanto especial» gracias a los muchos murales artísticos que inundan sus rincones. A éstos se le suman algunos de los miradores más bonitos de la ciudad, con vistas al singularísimo skyline que dibujan los rascacielos del Casco, así como a la parte más moderna.
Los murales surgieron hace unos años dentro del interesante programa ‘Zarajos Deluxe’. Los trabajos de artistas internacionales como Eime (Portugal), Ordinary y Efrem (Italia), Sunshiners (Bulgaria) o Chole Tiravy (Francia), se intercalan con los de artistas nacionales y conquenses como Banger, Pekolejo, Ángela de la Vega, Eleman, I Senil o Mister Trazo, entre algunos otros. La temática de los mismos es muy variada, pero todos tienen una luz especial y son auténticas obras de arte a pie de calle. Mister Trazo, sin ir más lejos, firma uno de enormes dimensiones que es una alegoría a la nomenclatura del barrio y al tradicional alfar de Pedro Mercedes.
Un paseo diferente - Foto: Reyes MartínezAl pasar por el puente de la Virgen de la Luz se puede ver alguno desde la distancia, pero hace falta adentrarse en el corazón de San Antón para contemplarlos todos y con todo lujo de detalles. De esta forma, se pueden seguir diferentes recorridos para no perderse ninguna pieza, ningún mirador o ningún otro pequeño detalle curioso de los que jalonan esta zona, como por ejemplo son las bicijardineras que elabora Jesús Jiménez –presidente de la asociación vecinal– en Recicleta. La visita podría empezar por la Plaza de la Luz, seguir por la calle Nohales hacia el callejón de Belén, continuar por la calle Colliguilla hasta la ‘zona cero’ y descender por la plaza del cine y después por la calle San Lázaro. En dos horas se pueden visitar todos los murales y contemplar la belleza de los paisajes.
«En San Antón hay espacios desconocidos para muchos conquenses», explica Carlos, trabajador y educador social. «Mucha gente rodea el barrio en coche a diario, pero nunca ha pasado más arriba», añade María, monitora sociocultural. Ambos forman parte de la iniciativa ‘De San Antón al cielo’, un proyecto de dinamización y acción social comunitaria en la zona. Además de reivindicar «las necesidades de los vecinos», en este colectivo «hacen fuerza» de forma conjunta y unitaria para defender las causas que consideran justas.
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Un paseo diferente - Foto: Reyes Martínez
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San Antón es uno de los barrios más humildes y populares de la ciudad, pero luchan por quitarse las etiquetas que durante un sinfín de años les han colgado. «Para nada nos identificamos con esos estigmas o prejuicios sociales», argumenta Carlos, y es que «no nos consideramos un barrio marginal, sino marginado por las administraciones públicas, cuyos servicios y recursos no llegan aquí». Así, denuncian que existen múltiples desperfectos y aspectos por subsanar. ‘De San Antón al cielo’ pretende, precisamente, «visibilizar» estos problemas y el «abandono institucional» del barrio.