Tarancón ha vivido una Semana Santa intensa, emotiva y, sobre todo, muy esperada. Tras un año donde la lluvia obligó a cancelar la mayoría de los actos procesionales, este curso el municipio se volcó en todo momento, demostrando que la fe, la tradición y el espíritu de hermandad siguen vivos. Con momentos de esplendor y otros de dificultad meteorológica, la ciudadanía respondió con devoción y mucha entrega.
El presidente de la Junta Mayor de Hermandades, Víctor Domínguez, valoró de forma positiva esta Semana Santa, destacando sobre todo la implicación de las hermandades y la respuesta del pueblo. «La participación ha sido muy buena, los pasos estaban completos, y lo que se ha podido celebrar, se ha hecho con brillantez». A pesar de la lluvia del miércoles y el chaparrón que acortó la procesión del viernes, Domínguez aseguró que «la gente se volcó y mostró un gran sentimiento de compañerismo». El Jueves Santo y el Domingo de Ramos brillaron sin incidentes, y la representación viviente de la Pasión se salvó, pero logró emocionar una vez más al público con su gran puesta en escena.
La climatología volvió a jugar un papel importante en el desarrollo de los actos. El Vía Crucis juvenil del Lunes Santo y el procesional del Martes Santo tuvieron que apresurar su final por la amenaza de lluvia. El Miércoles Santo, directamente, no se pudo salir. Y el Viernes Santo, aunque la mañana se desarrolló con normalidad, la lluvia sorprendió por la tarde en plena procesión del Santo Entierro, obligando al rápido repliegue de las imágenes hacia la parroquia. Domínguez reconoció que «quizá nos precipitamos en salir, pero también hemos aprendido que podemos tener alternativas, aunque lo primero es que preservar lo esencial, que son las imágenes».
Uno de los aspectos más destacados ha sido el relevo generacional. Domínguez subraya que «cada vez hay más jóvenes implicados, que se acercan, prueban y repiten». Además, resalta la unidad entre cofrades como uno de los pilares de este año. «Nos hemos ayudado unos a otros en momentos difíciles como el viernes por la tarde, y esa solidaridad ha sido lo más emocionante».
Con el rito del Encuentro en la Plaza de la Constitución el Domingo de Resurrección, aunque con un recorrido más breve, se cerró una semana en la que se respiró emoción, esfuerzo y fe. Como concluyó el presidente, «nos quedamos con lo que se ha podido hacer y con cómo se ha hecho». Por ello, este año, más que nunca, Tarancón ha demostrado que su Semana Santa está muy viva.