Cuentos 'animados'

Manu Reina
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La bebeteca de la biblioteca Fermín Caballero acerca la lectura cada martes a los más pequeños de una manera «lúdica» para fomentar su «estimulación sensorial, artística y de movimiento»

Cuentos ‘animados’ - Foto: Manu Reina

Cantan, bailan y saltan. No paran de hacerlo en una hora y durante todo el tiempo esbozan una enorme sonrisa. Llevan a cabo distintas actividades lúdicas que hacen que esos sesenta minutos se esfumen enseguida. Es un visto y no visto. Durante el transcurso de la sesión leen un cuento divertido, elaboran distintas manualidades, conversan unos con otros, simulan ser animales o directamente entonan una canción infantil, por poner solo unos ejemplos. Y es que en la bebeteca de la biblioteca Fermín Caballero se lo pasan de lo lindo con un guion sorpresa que entusiasma cada martes a pequeños y padres.

La monitora de esta bebeteca pública y gratuita, Noelia Contrisciani, explica que, en cada encuentro, «leemos un cuento para niños pequeños». Después «usamos el contenido de manera didáctica y divertida, junto a canciones que estén relacionadas». El objetivo, al fin y al cabo, es «llevar a cabo actividades de estimulación sensorial, artística y de movimiento». Eso provoca en los pequeños, con edades comprendidas entre diez y 36 meses, «una enorme felicidad, que manifiestan con saltos, palmas o besos». Pero no solo ellos, sino también los padres, que tienen la oportunidad de «establecer un vínculo lector con sus hijos».

La monitoria revela que el ejemplar estrella es El Pollo Pepe, que es un libro clásico entre los bebés. También gusta mucho De la cuna a la luna y aún más cuando «acompañamos la lectura con gestos y masajes». Pero si hay algo que produce en los pequeños un éxtasis de emoción es «simular que somos animales, formando una fila uno tras otro». A los niños les vuelve «locos» esta actividad y los padres también se unen, pese a que al principio les cuesta «porque les da un poco de vergüenza, aunque siempre terminan animándose».

Otra de las acciones que encandila a los participantes es «fabricar nieve con bicarbonato y agua» o «utilizar una tela muy grande para recrear un mar y los peces». Las risas están aseguradas y el ambiente es «extraordinario, especialmente «cuando hacemos pompas de jabón». 

Que la sesión en la bebeteca sea tan dinámica y frenética tiene una explicación. Noelia Contrisciani asegura que «es complicado llevar bien estas clases porque tienes que mantener la atención de los pequeños, que es algo difícil porque se distraen con rapidez si no se hacen muchas actividades». No obstante, la monitora no tiene problemas porque «me preparo muy bien cada clase», hasta el punto que avisa a papás y pequeños para que se preparen, porque «ensuciamos bastante a raíz de todas las cosas que hacemos». Y es que siempre tiene para todo porque, además, ambienta la sala transparente de la biblioteca pública en épocas y celebraciones típicas del año, como «invierno, otoño, San Valentín o Carnaval, por poner ejemplos».

El éxito de la bebeteca es tan elevado que este año «hemos tenido que hacer dos grupos» para así dividir a los pequeños en dos grupos de trece. Como siempre van acompañados por un padre o madre, cada clase cuenta con una treintena de participantes.

«Socializar». Laura Nieto es una de las mamás que asiste. Lo hace con su hijo de dos años, Diego. En estas sesiones «podemos estimular a nuestro pequeño y pasar un día divertido con él, además de despertar su creatividad e interés por la lectura o la música», señala. Lo bueno, además, es que «el pequeño se lo pasa muy bien y es una buena ocasión para socializar con otros pequeños». Por su parte, Pablo Lledó, que también asiste con su hija, señala que la bebeteca es «una idea maravillosa porque podemos participar en todo tipo de actividades junto a nuestros hijos».