Igual ahora le 'pillo' haciendo las maletas porque su viaje a la playa o la montaña –aunque serán más los primeros–, comienza este viernes. Todo depende de cómo haya edificado este puente. Algunos se han venido arriba como los constructores en 2006 y han terminado erigiendo un acueducto, que aúna días de asueto generalizados más lo que cada uno haya podido 'rascar'. Si es así, disfrute. Páselo bien que seguro que se lo merece. Tal y como está el panorama, un poco de relax no nos viene nada mal. Los profesionales de las agencias de viajes comentan que el puente refrenda todo lo bueno que están viviendo desde la pandemia hasta ahora, en esta especie de 'felices años 20' que nos ha tocado vivir con el carpe diem por bandera. El mercado se reactivó hace unos años y sigue en plena ola. No me extraña que algunos de los empresarios del sector digan que han sido como coches de fórmula uno, porque pasaron de cero a cien en muy poco tiempo. La clave está en cuál será la velocidad de crucero y cuánto tiempo la mantendrán.
Se supone que los conquenses vamos a viajar en masa estos días, y que los destinos predominantes, además, coinciden en la mayoría de las reservas. Es más, en plan jocoso, podemos asegurar que los paseos marítimos de Benidorm o Gandía, por ejemplo, van a parecer Carretería a eso del mediodía, cuando nuestra arteria principal se llena de caminantes. El hormigueo de punta a punta de esta vía, entre las plazas de la Constitución y la Hispanidad, se va a trasladar al trayecto entre chiringuito y chiringuito. La única diferencia es que en lugar de zapatos habrá chanclas, en lugar de pantalones vaqueros habrá bañadores, y en lugar de agendas de trabajo habrá sombrillas y neveras portátiles. De todas formas, prepárense para si en esos paseos por la playa o en el buffet libre del hotel coinciden con su vecino del tercero o con su peluquero habitual. No será difícil.
Lo más importante es que este punto de partida, tan halagüeño como prometedor, sirva para empezar a dibujar una temporada de verano positiva. Ya lo vimos en Semana Santa, lo volvemos a ver ahora, y lo volveremos a ver durante los próximos meses. Las previsiones apuntan a que así será, tal y como confirman los datos de visitantes y pernoctaciones de lo que llevamos de año, ya empíricamente demostrables, apoyadas en ese galopante carpe diem en el que vivimos como estado natural de nuestro ser y nuestro estar.