El caraqueño Daniel Zambrano sueña con un futuro para él y su familia en España, donde planea llegar el próximo año para poder alcanzar la «estabilidad mental» que asegura haber perdido en Venezuela, ante las dificultades para hacer frente a los gastos del hogar y a pesar de contar con cuatro fuentes de ingreso. Mientras, algunos compatriotas que habían migrado han regresado atraídos por la ligera mejora económica.

El Gobierno asegura que «miles» de personas en el exterior «sueñan con volver», pero este joven de 27 años está enfocado en obtener los papeles para marcharse de manera legal a España, donde llegaron, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), 21.500 inmigrantes venezolanos durante el primer trimestre de 2023.

Los datos oficiales confirman que, de enero a finales de marzo, Venezuela fue el tercer país -solo por detrás de Colombia y Marruecos- que más ciudadanos extranjeros aportó. Y es que, en la nación caribeña, «las cosas están excesivamente caras. 300 dólares aquí no es nada y, a lo mejor, en otro país sí te alcanza para muchas otras cosas. Estoy pensando en mi estabilidad mental, en aliviarme un poquito las cargas», señala al respecto Zambrano.

El joven tiene un negocio de hamburguesas, en el que deja a dos personas a cargo mientras él hace «muchísimas otras cosas más», como mensajería, barbería y carreras de transporte en su moto por Caracas, todo para «llevar el sustento a casa», donde vive con su pareja y su hija de seis años.

Está en constante movimiento, trasladándose de un punto de la ciudad a otro, de «lunes a lunes», pero lo que anhela es «tener un solo trabajo», que le dé para que su familia pueda vivir y «estar bien mentalmente», en lugar de sentirse «estresado todos los días, buscando qué hacer» para poder mejorar así los ingresos.

Mucho por mejorar

Alrededor de 7,32 millones de venezolanos salieron del país en los últimos años, según la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V). El Gobierno afirma que más de 300.000 volvieron por sus propios medios a la nación desde 2020 hasta el pasado mes de enero, mientras que otros 30.900 lo hicieron a través del Plan Vuelta a la Patria, puesto en marcha en 2018 para facilitar el regreso de migrantes que fueron víctimas de xenofobia en los territorios de destino.

Entre los retornados se encuentra Klisbely Echezuria, quien llegó a Venezuela en julio, luego de cinco años en Colombia. El país que encontró dista del que dejó en 2018 -cuando la hiperinflación cerró en 130.060 por ciento, según cifras oficiales, y había una escasez generalizada de productos-, pero «todavía faltan muchas cosas por mejorar», sobre todo, los servicios y los altos precios, lo que la hace pensar en emigrar otra vez.

«Me gustaría vivir en mi país. ¿A quién no? Pero con mejor economía y servicios básicos. Todo está muy caro», señala Echezuria, de 28 años.

Larga estancia en Colombia

Durante un tiempo vivió, junto a varias tías, en un apartamento que no tenía cocina, cama ni ventilador en Urabá, Colombia. Después, se reencontró con su esposo -también migrante- en la ciudad de Cali, donde estudió para convertirse en «técnico profesional en uñas artificiales».

Trabajó en, al menos, ocho establecimientos a lo largo de su estadía en la nación andina, principalmente en peluquerías y espás, antes de hacer manicura de manera independiente. Pero finalmente, por motivos familiares, ajenos a cualquier actividad laboral o económica, decidió volver al país que la vio nacer.