Diariamente sigo construyendo en mi alma uno de esos rincones que el paso inexorable de la vida va limando y erosionando hasta que, un buen día, compruebas que tu propia experiencia vital ha sustituido algo tan maravilloso como la ilusión. Así, me resigno a enterrar el Peter Pan que llevo dentro permitiéndome mantener un duelo casi fratricida entre el conocimiento que me aportan los años vividos con la necesidad de sentirme, una y otra vez, en la noche de Reyes. Como cuando era niño. Reconozco que la ilusión, que las expectativas que yo mismo me creé, cuando se anunció que el Conservatorio Superior de Música de Castilla-La Mancha se constituiría y construiría en Cuenca, fueron enormes. Una Dolor-osa decisión nos arrebató de las manos algo que nos correspondía por derecho y, desde entonces, ningún político ha osado revertir tan desafortunada decisión. Hace unos pocos días se ponía en la vecina Albacete la primera piedra del edificio que lo albergará. En fin, Realidad 1-Expectativas 0.
Me ocurre lo mismo con cuantas iniciativas se promueven para fomentar el turismo activo o la vida sana explotando las facilidades que nuestras hoces nos dan. ¿Recuerdan el carril bici que camina paralelo a la verde vereda del Júcar? Siempre creí que, además de crearlo, los munícipes correspondientes, siendo del color político que fueran, creerían en este recurso manteniéndolo en un estado óptimo de conservación. Les animo a que disfruten de este paseo uno de estos días veraniegos, cuando el sol cae. Lleguen a la fuente de Martín Alhaja y continúen hasta el puente de Valdecabras... si el estado 'difícil' de este carril se lo permite, ya que se encuentra bastante impracticable. Quizá no hiciera falta extenderlo hasta allí. Quizá solo fuera necesario prestarle un poco de atención anual. Sea como fuere, Realidad 2-Expectativas 0.
No todo va a ser malo en este partido que mantengo hoy entre realidad y expectativas. Todos nos hemos subido (y sumado) al carro del parque de ecoturismo y aventura que ToroVerde está creando a muy poquitos kilómetros de la capital. Unos por tener la necesidad de creer en los beneficios laborales y económicos de este recurso; otros, anclados en el desasosiego de los que ven cómo a esta ciudad se le escapan los trenes (los de las oportunidades y los convencionales), por tener que aferrarse a las pocas noticias buenas que nos llegan desde fuera. Les confesaré que en este caso casi reviento el 'expectativómetro' cuando se confirmó la llegada del parque, igual que ahora ha bajado el nivel de expectación tras el anuncio del necesario retraso de la apertura del parque a la primavera del año 2027. Seguro que tiene que ser así pero casi estábamos acariciando la inauguración (recuerden que estaba prevista para el otoño del año próximo) y este retraso, antes incluso de comenzar las obras, es un pequeño jarro de agua fría.
Quizá debería guardar mi particular Peter Pan conquense, ese que se ilusiona por todo. O a lo mejor es que me pasa con las expectativas como con los macarrones, siempre hago de más.