Con 80.000 kilómetros cuadrados en el medio de la Península, en buena parte de Castilla-La Mancha no hay problemas de espacio. Quizá eso pueda explicar por qué la región es la que lidera el ranking de comunidades autónomas en las que se adquieren inmuebles más grandes. Según las estadísticas inmobiliarias recogidas en el anuario del Colegio de Registradores de la Propiedad, la media de las viviendas que se compraron en Castilla-La Mancha en 2022 fue de 123,7 metros cuadrados. Le sigue una comunidad vecina: Extremadura, con 116 metros cuadrados, mientras que el tercer puesto es para Baleares, con 111,3 metros cuadrados.

La media de Castilla-La Mancha supera con creces la del país, que está en 100,5 metros cuadrados. Hay comunidades como País Vasco, Canarias o Asturias en las que no llegan a los 90 metros cuadrados.

Quizá pueda estar relacionado el hecho de que Castilla-La Mancha también sea la región en la que proporcionalmente se venden más viviendas unifamiliares. Así ocurrió en 2022. Más de un tercio de los inmuebles adquiridos el pasado año en la región eran viviendas unifamiliares, en concreto el 37,21 por ciento. El dato prácticamente duplica la media del país, con un 19,52 por ciento.

Bastante lejos de Castilla-La Mancha queda la comunidad que está en el segundo puesto, que es de nuevo Extremadura, con el 27,64 por ciento. En el lado opuesto están comunidades con importantes núcleos urbanos como País Vasco, donde el 95,35 por ciento de las viviendas que se compraron en 2022 fueron pisos o Madrid, con un 87,5 por ciento.

Las estadísticas recogidas por el Colegio de Registradores apuntalan con datos algo que es propio de una región con amplias zonas rurales y que tiene incluso ciudades con mucha población que han crecido más extendiéndose en horizontal que en vertical.

¿Y esto se nota en el precio? Según reflejan estas estadísticas sale más caro el metro cuadrado de un piso que el de una casa adosada o una vivienda aislada. Concuerda mucho con las tensiones entre oferta y demanda del mercado inmobiliario en las ciudades y aquellas zonas donde se concentra más población y hay más pisos. Es en estos lugares donde el metro cuadrado está más caro y quizá por ello la media en la región está en 923 euros cuando se trata de un piso, mientras que baja a los 848 en una casa adosada, un modelo de vivienda que también se da en algunos barrios de ciudades y pueblos grandes. Sigue descendiendo el precio hasta los 632 euros si se trata de una vivienda aislada, una opción más común en los pueblos.

Si se trata de comprar un piso, Castilla-La Mancha es la segunda región más barata. Menos se paga en Extremadura, con 914 euros. Son las únicas dos por debajo de los 1.000 euros. En cuanto a una casa adosada, Castilla-La Mancha sigue siendo la segunda más barata también por detrás de Extremadura y la historia se repite con las viviendas aisladas.