Un cazador de monstruos, «algo subidito», es el protagonista principal de Oye, diabla, la novela que acaba de publicar la escritora conquense Julia de la Fuente. Es una obra «divertida y sarcástica», pero con mucha profundidad, y en la que la conquense confía en llegar a un público más adulto.
¿Cómo surge Oye, diabla?
Es una novela que tiene un cambio de registro. Es una comedia romántica con la que intento que el lector se lo pase muy bien, con un estilo más distendido, directo, divertido y un poco sarcástico. Y surge porque era un momento de mi vida en el que yo tenía más preocupaciones personales, más ruido mental. Y yo como autora quería que esta novela me ofreciese es espacio de calma, ese espacio de oasis en el día a día, en el que pasármelo bien y, al fin y al cabo, pasar un buen rato. Por eso surge Oye, diabla, que es una novela sarcástica, divertida, dinámica porque era lo que necesitaba y lo que busco ofrecer al lector.
También es una novela gamberra y algo subida de tono, ¿Me equivoco
Así es. La novela la narra Hudson, que es el protagonista. Es un cazador de monstruos que tiene una personalidad más gamberra y canalla. Su forma de narrar es con un estilo más directo y también en su forma de expresarse, es más macarrilla. El lector se va a encontrar un lenguaje más adulto y también con un contenido más explícito.
¿Podemos catalogar Oye, diabla como novela romántica?
Sí. Se ha catalogado como novela romántica con fantasía. De hecho se utilizan las etiquetas en inglés y se van acotando. Lo llaman Fantasy Romcom.
¿Cómo recibirán tus lectores este cambio de registro?
Me han hecho llegar que tienen muchas ganas. Creo que va a seguir convenciendo a mis lectores más jóvenes, de 14 a 16 años, y además creo que se va a abrir a un público más adulto. Creo que le van a ofrecer un buen trato y verán el trasfondo que hay en los personajes, la profundidad que se esconde detrás de este estilo canalla y desenfadado.
¿Hay inspiración conquense?
Tengo muchas ganas de ambientar no una, sino varias novelas en Cuenca. Alguna contemporánea y alguna histórica, pero aún no ha llegado ese momento. En este caso, en Oye, Diabla, no. Aquí nos vamos a Estados Unidos, a un pequeño pueblo de Pensilvania y que dista mucho de Cuenca.
¿Qué fue lo más difícil en la novela?Lo cierto es que fue una novela que se dejó escribir muy fácil. Enseguida conecté con el tono de Hudson y me ofreció esos ratos de romper con la monotonía, de pasármelo bien. Es un novela bastante fácil de escribir. Tenía dos retos. El primero era dar con esa voz masculina, que narra y que es muy diferente a la mía. El otro reto era enfrentarme a ese contenido explícito de una manera elegante y de una forma que hiciese avanzar la trama. La novela se ha dejado conquistar con bastante facilidad.
¿Hudson es tu personaje favorito?
Sí. Yo creo que sí por ese estilo que tiene. No sólo para mí, sino para el público es ese tipo de personajes que consigue enamorarte de primeras. Es un personaje que va un poco subidito, que cree que no necesita nada, que eso de enamorarse no es para él, que ya lo tiene todo en la vida y que se basta consigo mismo. Sin embargo, vamos a ir descubriendo capas más profundas de él que van a hacer que poco a poco nos enamoremos.
¿Cómo surgió el título?
Tiene ese toque de comedia. Cuando llegan a intentar matar a la vampiresa, no saben muy bien qué es. Es una vampiresa, pero muy diferente a lo que suelen encontrar. Cuando Hudson, que es latino, se dirige a ella lo hace diciendo «Oye, diabla». Se refieren a ella como diabla porque no sabemos su nombre hasta mitad del libro. Por eso pensé que la novela se tenía que titular así.
¿La canción del fiordo ha servido más para motivarte como escritora?
Sin duda que es un empujón hacia adelante porque significa que esto en lo que esto poniendo tanto esfuerzo y tanta pasión, gusta. Esta pasión es correspondida y está llegado muy lejos. No paran de llegar buenas noticias de La canción del fiordo, como la mención en la Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil y otras más. Sin duda es un empujón para seguir.
Además se va a traducir al polaco...
Sí. Antes de que acabe el año se va a publicar en Polonia. Es una de esas grandes noticias que nos han llegado.
Ayer presentaste Oye, diabla en Cuenca e imagino que tendrás una calendario apretado a partir de ahora…
Sí. La novela se publica hoy [por ayer] y el viernes tuve ya en Madrid una presentación privada para representantes del sector. De allí me fui a Murcia y firmé ejemplares en exclusiva. El sábado firmaré ejemplares a partir de las doce de la mañana, hasta la una de la tarde, en la primera planta del edificio Iberia. Además, este fin de semana estaré en Torrejoncillo del Rey y Palomera. Después iré a Cartagena, Sevilla, Palencia, Gran Canaria, Ciudad Real y se irán sumando más ciudades.
¿Te da tiempo a pensar en nuevas tramas para próximas novelas?
Los momentos de lanzamiento son muy convulsos, con muchos viajes, mucho trabajo de promoción. Ahora está un poco pausado, pero sí que hay nuevas novelas cocinándose y pronto estaré a las teclas de nuevo.
¿Hasta dónde te gustaría llegar como escritora?
Cuando miro atrás y veo a esa niña de seis años que se prometió que iba a ser escritora, que soñaba con esto, ahora siento que empiezo a estar donde ella quería estar. Sin duda, hay todavía mucho camino por recorrer y esperemos que Ítaca esté muy lejos y que sean muchas la aventuras hasta llegar allí.