Mari Paz Marlo: «Chicote y yo tenemos una relación de amor-odio»

Manuel Pérez
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La propietaria y jefa de cocina del restaurante Marlo habla con 'La Tribuna' sobre cómo está siendo su paso por el programa 'Top Chef'

 
Tras el paso del que fuera jefe de cocina del restaurante Ars Natura, Pablo González, por Top Chef, Cuenca vuelve a tener representación en el popular programa de Antena 3. En esta ocasión, a través de Mari Paz Marlo, propietaria y jefa de cocina, junto a sus hermanos, de los restaurantes Marlo en Cuenca y Albacete. En una entrevista concedida a La Tribuna cuenta cómo le está resultando la experiencia.
¿Cómo surgió la oportunidad de participar en Top Chef?
Fue la productora la que contactó conmigo. Y la verdad es que no dudé en participar en el casting porque siempre que veía el programa sentía ganas de participar. Cuando llamaron les comenté que tenía un hermano cocinero en Albacete, y nos invitaron a los dos a participar en la selección junto con otros 8.000 aspirantes. Ambos superamos todas las pruebas hasta llegar a la última -de perfil en cámara-, que él no pasó.
Estudió Magisterio pero optó por seguir con el negocio familiar. ¿Qué le llevó a tomar esta decisión?
Como mi padre ha sido cocinero de toda la vida, mis hermanos y yo hemos compaginado siempre los estudios con el trabajo de fin de semana en el negocio familiar. Por lo que no es que dejara Magisterio para dedicarme a la cocina, sino que cuando terminé la carrera decidí tomar este camino en lugar de opositar. La verdad es que no me he arrepentido nunca de tomar aquella decisión porque trabajar en algo que te gusta es lo mejor que te puede pasar en la vida. 
¿Se considera heredera del talento de su padre a los fogones?
Los herederos somos mi hermano y yo, que somos a quienes mi padre nos ha enseñado a cocinar. En el caso de mi hermana, se encarga de la sala, los vinos y la contabilidad. 
¿Cuáles son sus fuertes como cocinera?
A mi me gusta respetar la cocina tradicional, pero también darle media vuelta de tuerca para conferirle un toque moderno. Me gusta mucho nuestros platos típicos como el ajoarriero o el morteruelo, pero los modifico, sobre todo en el emplatado, para darle una imagen distinta. Cualquier plato está más bueno si entra antes por la vista.
¿Hay algún talón de Aquiles?
La verdad es que no. Puede que se me dé peor la caza, pero porque es algo que he trabajado menos. 
¿Con qué plato se la puede cautivar en la mesa?
Tengo varios platos que me encantan. El primero es las manitas de cerdo, más aún si son de Casa Marlo; y después cualquier pescado.
¿Qué es lo más complicado a lo hora de crear un plato?
Lo más complicado es combinar productos. Cuando empiezas a elaborar un plato nuevo, nunca lo terminas con los ingredientes de los que partistes. Pones, quitas, vuelves a poner,... hasta llegar al final a algo que no se parece a la idea de partida. 
Eso se complica si, como en el caso del programa, le limita el tiempo.
En Top Chef es imposible cocinar. En mi caso, quería pensar tan rápido que se me amontonaban las ideas y no desarrollaba ninguna. La falta de tiempo, junto a que no sabes lo que te van a proponer para cocinar hasta que no te están grabando, es por lo que peor lo pasas. A veces estás tan metida en la elección de los ingredientes, el diseño de la receta y la elaboración, que sólo te das cuentas de la cagada que has hecho cuando el jurado dice: ¡Manos arriba!
Un jurado entre el que se encuentra Chicote, de cuyo trato la escuchamos quejarse constantemente.
Chicote y yo tenemos una relación de amor-odio. Le veo muy crítico conmigo, y hay cosas que comparto y otras que no. Cuando no lo hago, le contesto, y eso a él le cabrea. 
En su presentación se definió como marimandona, pero parece haber concursantes con más ambición de liderazgo.
Hay concursantes, como el caso de Oriol, que desde el primer programan han ido a pisar al compañero. Yo, a estas alturas del programa, aún no pienso en ellos como rivales a batir. Mi objetivo es ir pasando semana a semana. Y aunque me definiera como marimandona, por mi condición tengo buen fondo. 
Casa Marlo ha experimentado en los últimos años un relevo generacional y también de concepto de restaurante. ¿Cómo funciona el gastrobar?
Nosotros teníamos el comedor-restaurante y una barra que en realidad funcionaba como un sitio de espera antes de entrar a comer. Pero debido a la situación económica de España, y a que el cliente ya no se gasta 50 ó 60 euros en comer, decidimos hacer una tapería en la que se puede encontrar una gran variedad de tapas a muy buen precio. La gente hoy día prefiere salir a tomarse unos vinos acompañados de unas tapas, antes que sentarse a la mesa. Y nosotros hemos apostado por este formato más dinámico, que está teniendo una gran aceptación.
¿Qué repercusión está teniendo su paso por televisión sobre sus establecimientos?
Muy buena, hay que tener en cuenta que nos ven 2,5 millones de personas cada semana. Aquí los clientes de toda la vida vienen para hacerse fotos y preguntar curiosidades del programa. Y también hemos notado que llegan más turistas buscando el restaurante.