"En ningún caso podemos hablar de bajas laborales fraudulentas, no se puede seguir criminalizando a las personas trabajadoras por enfermar como consecuencia de unos riesgos laborales que son los que están causando esa incapacidad temporal para el desempeño de su trabajo en plenas facultades", asevera la secretaria de Salud Laboral y Diálogo Social de CCOO de Castilla-La Mancha, Raquel Payo. Además, apunta que las bajas laborales las emite un profesional médico, cuyo rigor no puede, bajo ningún concepto, ponerse en cuestión, hablando de bajas fraudulentas.
Así ha replicado a las declaraciones hechas ayer por el presidente de la patronal regional. Apunta que el informe anual del Banco de España que alude al incremento de las bajas laborales, al que se hace referencia desde la patronal regional Cecam, no alude en ningún momento a que las bajas se incrementen por el fraude, pero sí apunta a una causa clara: Hay más bajas porque está empeorando la salud de las personas trabajadoras.
Avisa de que unos ritmos de trabajo y jornadas laborales extenuantes afectan de manera negativa a la salud laboral de una población trabajadora con plantillas cada vez más envejecidas, los datos lo demuestran. Si entre 2002 y 2022 la población ocupada aumentó en torno al 18%, la población ocupada de 50 años o más se multiplicó por más de dos, mientras que la población ocupada de 16 a 29 años se redujo a la mitad, señala la secretaria de Salud Laboral y Diálogo Social de CCOO CLM.
En este sentido, el sindicato insiste en la reivindicación histórica de incorporar la perspectiva de edad de las personas trabajadoras en la gestión preventiva. El aumento de edad de los trabajadores lleva aparejado un incremento de su experiencia laboral y de sus conocimientos, pero de forma natural sus facultades físicas y psíquicas disminuyen pudiendo estar más expuestos a los riesgos del entorno laboral, por ello para el sindicato es fundamental incluir el factor edad en las evaluaciones de riesgos laborales.
También apuntan al aumento de los riesgos psicosociales, es decir, aquellos que están relacionados con unas malas condiciones de trabajo y una deficiente organización del mismo, están generando enfermedades de origen mental que se tratan como contingencia común, al no estar incluidas en el listado de enfermedades profesionales. Ocurre lo mismo con los casos de cáncer de origen laboral que tampoco se declaran como enfermedad profesional, existiendo un claro infrareconocimiento. En Castilla-La Mancha de más de 600 cánceres atribuibles al trabajo cada año, se reconocen como enfermedad profesional 1 ó 2, en el mejor de los casos. "Se está hablando de fraude en bajas laborales certificados por un profesional facultativo, pero nada se dice de las enfermedades de origen profesional que se tratan como enfermedad común con las consecuencias que esto tiene en primer lugar para las personas trabajadoras que las padecen y para el Sistema Público de Salud en el que son tratadas y no en las Mutuas como corresponde", advierte Payo.