Por toda la ciudad y, en especial, en la calle Carretería, corazón del comercio tradicional conquense, los carteles con grandes descuentos en los escaparates compiten por la atención de los viandantes, que intentan sortear, como pueden, las altas temperaturas de las últimas semanas.
Son los primeros compases de las rebajas de verano, con las que, como cada año, el pequeño comercio intenta atraer la atención de los consumidores en estas fechas, al tiempo que persigue cierto balón de oxígeno para afrontar la temporada, marcada por la incertidumbre económica y, sobre todo, por la brutal competencia de las grandes superficies y plataformas online.
De hecho, desde la Asociación Provincial de Comercio, su secretaria, Raquel Álvarez, pone el acento en los diferentes planteamientos que se hacen en el comercio local en este periodo de rebajas, frente a los de las grandes superficies.
El comercio afronta con cautela unas nuevas rebajas de verano - Foto: Elaboración propiaNo en vano, asegura a La Tribuna que «los pequeños comercios, con un volumen de facturación muy bajo, se dedica estos días a intentar liquidar su stock y financiar los siguientes meses, lejos de las campañas agresivas en volumen y precio de las grandes superficies».
En este sentido, la secretaria provincial subraya que «la liberalización de las rebajas, que permiten que cada establecimiento pueda ponerlas en las fechas que quiera, beneficia a las grandes superficies, que pueden jugar más con estas fechas».
Todo ello, sin olvidar, a su juicio, que «el pequeño comercio no tiene la misma capacidad para ajustar márgenes y, en ocasiones, las rebajas ni siquiera son rentables y solo sirven para liberar los almacenes».
El comercio afronta con cautela unas nuevas rebajas de verano - Foto: Reyes MartínezPara Álvarez, el comercio local lo tiene difícil, ya que «debe de enfrentarse a campañas de grandes superficies y la competencia online, que suelen ser más largas y frecuentes; algo con lo que no pueden competir».
Primeros compases. A pesar de este escenario un tanto adverso, el comercio local no cede a la posibilidad de sumarse a las rebajas y engalana sus escaparates con carteles de descuentos que hagan entrar a los clientes a sus establecimientos.
Este es el caso de Solera Moda, cuyo propietario, Diego Lumbreras, es consciente de que «las rebajas de verano no son tan fuertes como las de invierno», pero, pese a ello, considera que hay que ponerlas, máxime cuando «suelen resultar medianamente buenas»; algo que espera vuelva a ocurrir este año, esta vez con descuentos de hasta el 50%.
Y es que, según recalca, «la gente en estas fechas busca mucho tanto camisas y polos como americanas, no solo por los descuentos aplicados, sino también por la oferta de 2 x 70 en polos o camisas, que los puedes combinar».
A ello, en su opinión, hay que sumar el hecho de que «el género rebajado es de temporada», por lo que confía en que las cosas vayan mejorando según transcurran los días, ya que las rebajas se prolongarán hasta el 31 de agosto, aunque es consciente de que «hay mucha gente de vacaciones y está pensando en otras cosas».
Jesús de las Heras, propietario de Heras Moda Hombre, ha vuelto a apostar por las rebajas de verano, aunque, por el momento, no estén resultando como esperaba. «Siempre hacemos las rebajas con mucha ilusión, pero este año los primeros días no están respondiendo a las expectativas», indica a La Tribuna, al tiempo que dice pensar que «detrás de esto está el hecho de que la gente ya tiene otros hábitos de compra y adquiere las cosas cuando las necesita y no mira si son rebajas o no».
Aun así, no tira la toalla y confía en que hasta finales de agosto la situación mejore, puesto que «la mayoría de las prendas, que son de temporada, están al 20% y algunas otras seleccionadas, que son buenísimas y de primera calidad, cuentan con descuentos de hasta el 70%».