El 5 de junio de 2005, un jovencísimo Rafa Nadal sorprendía al mundo derrotando en la final de Roland Garros a Mariano Puerta para convertirse en el ganador más joven del Grand Slam de tierra batida desde Michael Chang en 1989.
El 5 de junio de 2022, un maduro Rafa Nadal, infiltrado en su pie para poder seguir jugando al tenis, sumaba su decimocuarto título en la arcilla francesa.
Entre esas dos fechas trascurre la más exitosa historia de un jugador en un mismo torneo, una epopeya sin precedentes que hoy cumple 20 años y que tuvo su último capítulo el pasado 25 de mayo, cuando el campeonato hizo un homenaje al español, ya retirado, e inauguró una placa con su huella en el polvo de ladrillo de la pista central.
La edición de 2025, la primera desde que el balear puso fin a su carrera, ha vivido marcada por el recuerdo al manacorí, cuyo legado está ahora en juego.
Las referencias al ganador de 22 'grandes' han sido numerosas. Desde Paula Badosa, que aseguró que encontró fuerzas mirando la huella de su compatriota, a la confesión de Carlos Alcaraz, que sentenció que probablemente nadie más vuelva a ganar 14 veces este certamen.
Tampoco es fácil que se igualen sus cifras en París, sus 112 victorias en 115 partidos. Novak Djokovic está a 12, pero a sus 38 años se antoja complicado que pueda arrebatarle ese récord. Como otros muchos que han marcado, de 5 de junio a 5 de junio, la historia de Roland Garros.
Algo que el propio Nadal no habría sospechado cuando el 5 de junio de 2005 se dejó caer sobre la arcilla, brazos estirados, con su camiseta verde sin mangas, pantalones de pirata y aquella bandana en la cabeza que acabó poniéndose de moda.
Recibió el trofeo de manos de Zinedine Zidane y las crónicas hablaban del nacimiento de una estrella. Pero nadie osaba decir de una leyenda. «Por primera vez en mi vida he llorado. No pensaba que lloraría, pero, al mirar la emoción de mi familia, no he podido evitarlo», aseguró el balear, que tenía problemas para expresarse en inglés y se le veía algo abrumado.
El manacorí se impuso en cuatro sets a Puerta, 6-7(6), 6-3, 6-1 y 7-5, otro inesperado en aquella final en la que, por el camino, Nadal derrotó por vez primera a Roger Federer, en el capítulo inicial de la que sería una de las rivalidades más épicas del tenis.
Cuarenta duelos entre ambos, con 24 victorias para el español, que nunca cedió en Roland Garros. El único que ganó el suizo coincidió con la primera derrota de Nadal, en 2009, a manos de Robin Soderling.
Diecisiete años más tarde, el mallorquín volvió a triunfar en París. Vestido de verde pistacho, con un pantalón más corto y la bandana en la cabeza, esta vez se llevó las manos a la cara y alguna lágrima salió de sus ojos.
Recibió la copa de manos de Billie Jean King tras derrotar a Casper Ruud. Era 5 de junio de 2022. Igual que hoy, cuando se cumplen tres años de su última Copa de los Mosqueteros y dos décadas de la primera.