Una frase muy manida dice que la realidad siempre supera la ficción. Ni la mente más perversa del guionista más inspirado podría haber dibujado un guión como el que se ve obligado a interpretar la humanidad en este momento. En clave semanasantera, cuando el año pasado la gran amenaza era la lluvia y los nazarenos miraban continuamente al cielo, no se podían imaginar, ni por asomo, lo que 2020 guardaba para ellos. Un enemigo invisible e infinitamente más poderoso que el agua iba a arruinar por completo, sin piedad y sin derecho a réplica los diez desfiles procesionales de la Semana de Pasión, joya de la corona de la Cuenca nazarena que late al son de Miserere y camina a paso de horquilla.
En este contexto de excepcional y sobresaliente envergadura –hay que remontarse 80 años atrás, hasta la Guerra Civil, para vivir algo similar–, la comunidad cofrade no solo ha entendido la necesidad imperiosa de la medida, sino que en una gran cantidad de casos, ha dado un paso al frente y ha sacado lo mejor de sí mismos a través de acciones solidarias para mitigar en la medida de lo posible las tristísimas consecuencias de la Covid-19.
Apoyado en estos cimientos, el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, cree que tiene «mucho valor» la «unidad y responsabilidad» que han demostrado los nazarenos conquenses tras la suspensión de las procesiones. «La manera de la que han reaccionado hace que nuestros cimientos sean más fuertes para el año que viene», sostiene el máximo responsable de la JdC, y eso a su vez supone que «ya pensemos en la Semana Santa de 2021 con más ilusión».
La respuesta de la comunidad semanasantera de Cuenca ha sido «coherente, responsable y solidaria». Es más, para Sánchez Albendea, los nazarenos han respondido «como siempre lo han hecho, de manera ejemplar». Algo que, añade, es «digno de alabar y tener en cuenta». Esos cofrades, con él a la cabeza, son conscientes del momento que se atraviesa y que «por mucho que nos duela, que nos duele, hay cosas más importantes en la vida y eso ahora es remar todos juntos y vencer a este virus».
Es innegable que la suspensión de los cortejos procesionales ha caído como un jarro de agua fría. En algunos casos, no pocos, llueve sobre mojado porque ya el año anterior se ahogó por las lluvias. Sin embargo, la Cuenca nazarena vivió otra crisis más grave y más prolongada en el tiempo. Para ser más exactos, duró tres años. Pocos habrá que la recuerden y muchos son los que han oído hablar de ella. El grupúsculo cofrade sabe que las tallas que hoy salen a la calle son la renovación de aquellas que ya existieron anteriormente y que, por imposición ideológica, fueron destruidas. Una vez que estalló la Guerra Civil y la oscuridad cayó como una losa, bombardeos y ocupaciones decidieron el sino de la ciudad. Antiguos edificios religiosos sirvieron de cárceles y otros de cocheras o cuadras. Una transformación total, como un paréntesis, en la milenaria historia de esta capital.
Ahora bien, la renovación de década devolvió el color y el sonido de las procesiones a Cuenca. Fue en la Semana Santa de 1940 cuando volvieron a sonar las horquillas, precisamente con el Jesús Nazareno de Luisa Roldán, que ahora es venerado en Sisante. A partir de ahí, el resurgimiento. El volver a nacer de las cenizas, nunca mejor dicho. Entusiastas nazarenos que, apoyados en las instituciones y en puntales clave, alumbraron la ‘nueva’ Semana Santa. Una historia muy triste, pero con final feliz. Una historia que, salvando las siderales distancias, hay que volver a repetir...
«Que no pierdan ni un solo minuto en pensar en lo económico»
Una cuestión «muy importante» que no deben olvidar las hermandades de la Semana de Pasión conquense, pensando en el medio y largo plazo, es saber que cuentan con el respaldo de la JdC en materia económica. El presidente de la institución nazarena, Jorge Sánchez Albendea, se muestra tajante al respecto, y es que «la Junta de Cofradías va a hacer todo lo posible para que ninguna hermandad pierda ni un solo minuto en pensar que económicamente esto le pueda afectar a su puesta en la calle el año que viene».
El compromiso de Sánchez Albendea es «firme», y por eso anima a trabajar con «ganas e ilusión» de cara a la Semana Santa del año 2021. En este apartado, no hay que olvidar que algunas cofradías enlazan ya dos años consecutivos de suspensión y hasta tres de, por ejemplo, no subir a la Plaza Mayor, como es el caso de las que integran Camino del Calvario y En el Calvario.
Actos religiosos
El obispo de la Diócesis, José María Yanguas, oficiará los siguientes actos religiosos, que se retransmitirán por el canal de YouTube de la Catedral:
- Domingo de ramos. Misa de Ramos. 12 horas
- Miércoles Santo. Misa Crismal. 12 horas
- Jueves Santo. Oficios Cena del Señor. 17 horas
- Viernes Santo. Oficios Viernes Santo. 17 horas
- Sábado Santo. Vigilia Pascual. 22 horas.
- Domingo de Resurrección. Misa. 12 horas