El colapso que se vivió esta semana en Barajas junto el caos ferroviario complican el arranque de un verano que se prepara para batir récords de turistas. Las incidencias de los últimos días, tanto en Madrid-Barajas como en la red de ferrocarriles del sur peninsular, han provocado la indignación de miles de usuarios que reclaman una mejora en su mantenimiento.
El primer percance que afectó de lleno a más de 15.000 viajeros comenzó la noche del pasado lunes, cuando una falta de tensión en la catenaria dejó inoperativa la circulación ferroviaria entre Yeles y La Sagra, un tramo clave del corredor de alta velocidad entre Madrid, Toledo y Andalucía.
Asimismo, después de que el pasado martes se solucionara la avería de los trenes, la Terminal 4 (T4) del aeropuerto Madrid-Barajas sufrió su propio colapso en el que miles de pasajeros, sobre todo en tránsito internacional, se vieron atrapados durante horas en las colas del control de pasaportes y muchos de ellos perdieron su vuelos.
En este contexto, el operador Ouigo rechazó las acusaciones vertidas por la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda María Jesús Montero, que dejaba caer la posibilidad de un «boicot» de las compañías ferroviarias privadas, descartando que uno de sus trenes fuese el causante de la incidencia ocurrida el pasado lunes en la línea de alta velocidad entre Madrid y Andalucía, respondiendo a Adif que la infraestructura debería estar preparada para la parada temporal de trenes en las vías.
La compañía reaccionó así a un informe de Adif, que explicaba que la parada de un Ouigo obligó a detener otros tres trenes en un tramo de solo siete kilómetros, lo que sobrecargó la tensión de la catenaria.
En ese sentido, el director de seguridad de Ouigo, David Cortés Rojo, dejó claro que su organización no es responsable de las roturas.
Además, Alstom, el fabricante de los trenes de Ouigo y empresa que realiza su mantenimiento, hizo un informe que sostiene que los trenes que circularon entre Madrid y Andalucía el día de las incidencias no mostraron ningún desperfecto.
Ante estos hechos, la OCU pidió a Transportes una investigación para determinar responsabilidades.
En materia de derechos, la OCU recordó que los viajeros afectados por los retrasos y cancelaciones en el transporte ferroviario tienen derecho a una compensación del 50% del precio del billete por demoras superiores a 60 minutos y del 100% cuando la tardanza es superior a los 90 minutos.
En cuanto al incidente en la T4 de Barajas, la responsabilidad de prestar los servicios aeroportuarios adecuados es de Aena.
En ambos casos, la organización de consumidores advirtió a los usuarios de la importancia de acumular todas las pruebas posibles, facturas, fotos, vídeos que acrediten la presencia en unas horas determinadas, documentos, información recibida, que permitan fundamentar y justificar de forma adecuada todas sus reclamaciones.