Paso al peatón

J.L.E.
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El espacio público de las ciudades se encamina hacia un cambio del modelo actual y Cuenca está a tiempo de sumarse. ¿Lo hará?

Paso al peatón

Si hay una asignatura pendiente en la capital desde hace más de una década es la reforma integral de las calles, en especial del centro urbano. La reparación en la calle Colón del hundimiento de la calzada por unas averías en las redes de saneamiento y suministro de aguas es el último episodio negro que afecta al subsuelo de la capital. Y no sólo el subsuelo se queja, también unos metros más arriba, las calles, aceras y el mobiliario urbano demandan desde hace tiempo un necesario lavado de cara.

Precisamente, uno de los objetivos en esta legislatura del alcalde, Darío Dolz es acometer de una vez una profunda reforma para modernizar Carretería y la zona centro, en calles como Colón, Alonso Chirino o Sánchez Vera, entre otras. También está pendiente la reforma del edificio del Mercado y la reurbanización de su entorno pese a que el Ayuntamiento contaba ya  1,2 millones de euros de los Fondos Edusi para ejecutarlo. El recurso de una de las empresas que optaban a la adjudicación previa de la redacción del proyecto lo tiene paralizado. A ello hay que añadir la paralización del Plan XCuenca –a la espera de la decisión del Tribunal Supremo– que está destinado a promover, diseñar y crear una nueva ciudad.

Pese a todos los inconvenientes, la fisonomía de los centros urbanos está destinada a cambiar. El objetivo es claro: ganar espacio para los peatones y reducir la presencia de vehículos. Parece que por mucha intención política que haya nunca hay presupuesto. Aunque es cuestión de tiempo porque Cuenca, como otras tantas capitales de provincia, debe resetearse para que los peatones ganen espacios públicos. Además, no hay que olvidar la Zona de Bajas Emisiones, cuyo plazo para ponerla en marcha venció el 1 de enero, y que se sigue demorando, pero que puede servir de acicate para acelerar un proceso en el que no hay marcha atrás.

 Un punto de partida para analizar la situación que afecta de manera común a las ciudades está en Callegrafías. Es el nombre genérico de un estudio sobre la realidad de las calles españolas que presentó uno de sus autores, Oier Martínez Violet, en el décimo Congreso Ciudades que Caminan, celebrado recientemente en Valladolid. La red Ciudades que Caminan, de la que Cuenca no forma parte, pero sí cinco poblaciones de Castilla-La Mancha (Ciudad Real, Hellín,Seseña, Alcázar de San Juan y Tomelloso) la integran 80 ciudades, que tienen el compromiso con la mejora del espacio público como lugar para caminar, estar y socializar.

¿Cómo son las calles? El estudio Callegrafías, que ha analizado todo tipo de factores en 585 kilómetros de vías públicas y 953 calles de 85 ciudades, de las cuales muchas no pertenecen a la red, es una buena piedra de toque para conocer el punto de partida. Por ejemplo, el estudio revela que el 68,1% del espacio de las calles analizadas se dedica a los vehículos y menos de la mitad (el 31,9%) para las personas que caminan o simplemente están en el espacio público. También evidencia la escasa cantidad de vías convivenciales.

Sobre el tamaño de las aceras concluye que muchas no llegan a los 2,40 metros de ancho requeridos para que el itinerario peatonal sea accesible. Además, advierte de la escasez de bancos para sentarse, de árboles, las poquísimas calles que disponen de alguna limitación al tráfico motorizado, el ridículo porcentaje de pasos peatonales elevados a la altura de las aceras o el enorme número de calles-garaje, destinadas a ser pasivos aparcamientos de coches.