Fermín Bocos

CRÓNICA POLÍTICA

Fermín Bocos

Periodista y escritor. Analista político


Agenda furtiva

06/12/2023

A la vista de las maniobras políticas de Pedro Sánchez -unas a plena luz, otras en la sombra-, maniobras que repudian el espíritu de concordia que fue el pilar fundamental de la Transición, se empiezan a escuchar voces que alertan acerca del riesgo que corre el sistema y señalan que podríamos estar entrando en un "período destituyente". Un proceso que apuntaría hacia un andamiaje federal del Estado con horizonte republicano. Suena a exageración, pero lo cierto es que hay motivos para recelar.

Sánchez dice una cosa y hace otra, pero hay un vector de su actuación política que ofrece una pista acerca de la hipotética estación término de sus planes. Por sus aliados le conoceréis. Cuantos ha escogido como socios para asegurarse la continuidad en el poder -Sumar, Podemos, EH Bildu, ERC, los Comunes, Compromís, el BNG y Junts- son partidos de izquierda o de extrema izquierda que abogan por un cambio de régimen. Y el último de esos socios, Junts, representante de la derecha separatista más rancia, repudia la Constitución y la Monarquía. Puede que también sea un exceso de suspicacia afirmar que mantiene algo así como una agenda oculta, pero hay movimientos suyos que resultan inquietantes.

Antes de las elecciones del 23 J se había comprometido a traer preso a Carles Puigdemont y ahora, por boca de Santos Cerdán, secretario de organización del PSOE y negociador con el prófugo en Bruselas, hemos sabido que ya mantenían contactos con él en el pasado mes de marzo, cinco meses antes de que se celebran los comicios. No sabemos a cambio de qué consiguió el apoyo de EH Bildu en la investidura. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha llegado a calificar dicho apoyo como el "pacto de la capucha". Bildu nunca ha ocultado de dónde viene y cuál es su objetivo político, muchas veces explicitado por Arnaldo Otegi en declaraciones públicas junto a Pablo Iglesias.

Habiendo conseguido revalidar la encomienda presidencial, cabía pensar que Sánchez intentaría establecer algún puente con el PP. Pero no ha dado un solo paso en esa dirección ni pierde ocasión para denostar a Núñez Feijóo, cerrando así la puerta a un acercamiento que sería bien recibido por la opinión pública porque contribuiría a rebajar la tensión instalada en la vida política. Sánchez, con quien se encuentra a gusto, es con fuerzas políticas que se sitúan fuera de la Constitución y que no ocultan que entre sus objetivos se plantean la abolición de lo que despectivamente llaman el "régimen del 78". Quizá sea aventurado pensar que detrás de todo esto hay una agenda furtiva, pero hay indicios de que a Sánchez lo conseguido le resulta escaso y podría estar pensando en algo más. Veremos hasta dónde nos puede llevar su ambición.