Emociones en acordes

Manu Reina
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José Aguilar, con apenas 16 años, confecciona en menos de medio año 'Del paso al Calvario', una marcha procesional «lenta, de entre cinco y seis minutos», con la que desea mostrar sus sentimientos nazarenos.

Emociones en acordes - Foto: Reyes Martínez

La música, en su infinita grandeza, tiene el poder de transformar emociones en notas y de convertir recuerdos en melodías inmortales. La Semana Santa de Cuenca, con su solemnidad y recogimiento, es una fuente inagotable de inspiración para los corazones sensibles y creativos. Y en ese torrente de fe y tradición, ha emergido una nueva composición que busca dejar su huella imborrable en la historia de la música procesional: Del paso al Calvario, una marcha compuesta por José Aguilar.

A sus 16 años, Pepe, como le llaman quienes le conocen bien, ha dado un paso decisivo en su carrera musical. Su marcha, cuyo título fue elegido por José Vicente Ávila, es una pieza «lenta, de entre cinco y seis minutos de duración», diseñada para acompañar el tránsito penitencial de las imágenes por las calles de Cuenca. «Quise representar cómo es la Semana Santa aquí, las sensaciones que a mí me transmite, y creo que lo he conseguido», comenta con la seguridad de quien siente cada nota como parte de su propio ser. 

La música de Aguilar es un reflejo de su amor por la Semana Santa de Cuenca. «Cuando componía, pensaba en la Verónica bajando por las curvas de la Audiencia o en el Huerto de San Esteban. No sé por qué, pero siempre tenía esas imágenes en la cabeza», confiesa. Esa conexión con la tradición es lo que hace que su música no solo suene, sino que también emocione.

El proceso de composición comenzó en verano y concluyó a mediados de enero. No es la primera vez que compone, porque ya tiene en su haber un pasodoble titulado Sonidos del Huécar, también con nombre asignado por José Vicente Ávila, a quien le guarda mucho cariño y prácticamente un vínculo familiar aunque no compartan la misma sangre.

El estreno de Del paso al Calvario tuvo lugar en un escenario de gran relevancia: el Teatro Auditorio José Luis Perales, en el concierto de inicio de Cuaresma, interpretado por la Unión Musical Ciudad de Albacete. «Para mí fue un orgullo enorme. Que se estrene en un evento tan importante, y además por una agrupación de prestigio, fue algo increíble», confiesa con emoción. Más allá del estreno, este joven compositor sueña con que su marcha suene en la Semana Santa de Cuenca. 

Componer una marcha procesional es un proceso meticuloso que requiere conocimientos técnicos y sensibilidad artística. «Tienes que conocer bien los registros de los instrumentos, saber en qué tesitura suenan mejor y cómo combinarlos para que el resultado sea el deseado». También hay que «pensar en los músicos y hacer que la pieza sea interpretada de la mejor manera posible», explica Aguilar. A pesar de la complejidad, afirma que su marcha fluyó de manera natural. «No tuve que cambiar nada, salió tal cual la concebí desde el principio», afirma con orgullo. 

El futuro se presenta prometedor para José Aguilar. «Quiero que esta sea la primera de muchas. Estoy ya trabajando en otra marcha procesional». De hecho, «la melodía principal y el contrapunto los tengo bastante avanzados», revela. Aunque aún no tiene título, es muy probable que, una vez más, José Vicente Ávila sea quien lo elija.

Con apenas 16 años, José Aguilar ya ha conseguido lo que muchos sueñan: que su obra trascienda y que su nombre quede ligado a la historia musical de Cuenca.