"Si hay una palabra que define a Patti, esa es diva"

María Albilla (SPC)
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Muy pocas mujeres podían ser a finales del siglo XVIII, en la época victoriana, dueñas de su destino como lo fue la soprano Adelina Patti, una artista adelantada a su tiempo que protagoniza 'La Diva', la última novela de la escritora Reyes Monforte

"Si hay una palabra que define a Patti, esa es diva" - Foto: Javier Cebollada (EFE)

Esta primavera se ha puesto muy de moda aquello de ser diva, pero a lo largo de la historia las ha habido, valientes,  poderosas y, sobre todo, con una fama superlativa, independientemente de que en la actualidad sus nombres no nos suenen. Este es el caso de Adelina Patti, una soprano nacida en Madrid a la que la escritora Reyes Monforte vuelve a subir a los escenarios en su nueva novela, que no se podría titular de otra manera: La diva (Plaza&Janés). 

Qué importante es el carisma para hacerse un hueco en la historia...

Y tanto que sí. Y Adelina Patti fue carismática desde muy tierna edad, desde que a los cinco años sorprendió a todos cuando se puso a cantar como una soprano profesional. Es un personaje que parece más de la ficción que de la vida real. Si hay una palabra que la define esa es diva.

María Taranouska (La condesa maldita), Lina Codina (Una pasión rusa), África de las Heras (La violinista roja), ahora Patti... Todas ellas han sido mujeres arrolladoras que, sin embargo, son desconocidas.

En el caso de De las Heras, que era espía, normal que no se la conozca... pero fíjate en Patti, que era una de las mujeres más famosas a finales del XVIII, principios del XIX, la soprano mejor pagada de la época, tuvo unas relaciones increíbles... Y sí, llama la atención que sepamos quién fue la Callas, pero no ella, pese a que acaparó las portadas de los periódicos.

De hecho, María Callas no hubiera sido quien fue si antes Adelina Patti no hubiera exigido respeto en el escenario y fuera de él. La protagonista de La Diva siempre ganó mucho más que la Callas porque, según cuentan los expertos, no se ha vuelto a escuchar una voz como la suya. La pena es que no hay documentos sonoros como para poder comprobarlo. 

¿En qué camino se cruzaron las vidas de Patti y Monforte?

De casualidad, tomando un café. Me fui de vacaciones al Reino Unido y alquilé un coche para conocer Gales. Estaba con una amiga en un bar y allí nos dijeron: '¡ah! sois españolas, vendréis a ver el castillo de la gran diva española de ópera', porque Adelina Patti nació en una pensión de la calle Fuencarral de Madrid, y claro, no tenía ni idea de lo que me hablaba aquella mujer...

Me acerqué entonces a ver el castillo, que era uno de los más grandes de Gales y fue el primero en tener electricidad, y ya me puse a investigar su historia y su vida... y vi que era un gran personaje para una novela.

La Patti' fue la primera mujer que dio la mitad de su fortuna a un hombre para conseguir el divorcio"

Sin duda, le ha cogido placer a sacar del cajón grandes vidas femeninas.

¡Es que cómo han podido tener vidas tan intensas! Cuando yo termino de escribir solo puedo pensar en que vaya vida más aburrida llevo comparado con lo que han hecho estas mujeres. 

Patti fue una mujer de carácter desde su niñez. Una vez, siendo todavía una niña, se negó a salir al escenario si no le regalaban una muñeca. Otra anécdota es que ella siempre pedía el dinero de sus actuaciones por adelantado. En una ocasión en la que un empresario solo le pagó la mitad de lo acordado, ella se puso solo un zapato y se plantó y dijo que solo si le pagaba el resto se ponía el otro y salía a cantar.

Tenía respuestas para todo. Otra de ellas fue que ante un empresario que le dijo que cobraba más que el presidente de Estados Unidos. Ella le espetó: 'Pues pida al presidente de Estados Unidos que cante'. 

Es cierto que pedía mucho, pero devolvía con creces lo que le pagaban, por eso todos la querían.

¿Cuánto hay de real y cuanto de literatura en una obra como esta?

Al final ella fue real, pero todos los diálogos están novelados. Las conversaciones que tiene con Isabel II, con la reina Victoria o con el zar Alejandro II o Abraham Lincoln están noveladas, pero eso no significa que sean mentira porque tienen una base histórica. Por ejemplo, es verídico que, en una de las últimas ocasiones en las que vino a cantar a Madrid, la reina Isabel le cuenta que su popularidad estaba en horas bajas y que, entre otras cosas, la habían apodado como la reina ninfómana. Entonces, la Patti le contestó que no es que ella fuera ninfómana, sino que se había casado con el hombre equivocado (en referencia a Francisco de Asís Borbón, del que las coplas decían que era homosexual).

¿Podríamos decir que fue también una de las precursoras del fenómeno fan?

Totalmente. Los espectadores hacían cola para besar el felpudo que ella había pisado, los hombres ocupaban el lugar de los caballos en su carruaje para llevarla al hotel o palacio en el que se alojara... Hay también muchas leyendas en torno a su persona, como que comía lenguas de canario para mantener la voz. 

Hay leyendas como que comía lenguas de canario para mantener la voz"

Bueno, parafraseándola a ella, digan lo que digan, que hablen de ti.

Aunque sea mal. Eso le ayudaba a salir en la prensa y ella sabía que era muy importante. Entendió muy bien lo que significaba salir en los periódicos, que se hacían eco de sus éxitos, pero también de sus fracasos personales y los escándalos que protagonizó.

¡Su primer divorcio fue seguido como si fuera cuestión de Estado!

Se escribían crónicas a diario cuando se separó del marqués de Cox, el caballerizo de Napoleón III y responsable de festejos de la emperatriz Eugenia de Montijo. Su matrimonio fue un desastre. Él, un crápula, jugador y mujeriego, se casó con ella por el dinero que tenía; ella, porque vio en él una oportunidad para entrar en la corte... Su divorcio se siguió minuto a minuto, se publicaron los detalles más escabrosos... De hecho, le enviaron unos anónimos a su esposo y este descubrió que le era infiel con el que sería su segundo marido. La pudo denunciar por adúltera, lo que la habría llevado a prisión, pero lo evitó dándole por primera vez la mitad de su fortuna a un hombre para conseguir el divorcio. Fue precursora en muchas cosas.