Un mar de emociones. La llegada de Prudencio Macías ayer a Cuenca despertó un mar de sensaciones y también lágrimas, porque este valiente hombre, enfermo de esclerosis múltiple primaria progresiva, protagoniza la «proeza» de recorrer 52 ciudades de España con su moto adaptada para «visibilizar nuestra enfermedad». Es un ejemplo de superación y los conquenses pudieron comprobar su coraje, perseverancia y personalidad. 

En su «humilde» viaje visita cada una de las asociaciones locales y, en esta ocasión, fue el turno de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Cuenca (Ademcu), donde le recibieron con los brazos abiertos, con mucha emoción, lágrimas y aplausos. No es para menos porque este ejemplo de superación quiere cumplir con su reto, «por mi y por todos los compañeros que están como yo». Quiere hacerlo además por todos aquellos que no pueden moverse y padecen la enfermedad en su estado más grave. 

De esta forma, una decena de miembros de Ademcu, miembros de la Asociación Amigos Moteros de Cuenca y autoridades estuvieron esperando su llegada y le arroparon como se merece. Muchos no pudieron contener las lágrimas por tanta emoción. Prudencio recibió abrazos, reconocimientos e incluso una camiseta que los moteros quisieron entregarle. La presidenta de Ademcu, Avelina Hortelano, no pudo contener la emoción al «ver cómo este hombre va haciendo su camino para encontrarse con nosotros y darnos ánimos». Avelina recalcó que «esto que ha hecho nos emociona mucho» y subrayó, además, que cuando le contactaron para comunicarle la llegada de Prudencio, «no dudamos en ningún momento en acogerle». Justo ayer se conmemoró un mes desde que este malagueño de origen vasco tomara partida en su admirable aventura. Desde entonces, ha recorrido 13 ciudades y visitado una quincena de asociaciones. El recibimiento de los conquenses «ha sido impresionante porque la sinceridad se palpa en el ambiente». En la capital disfrutó de distintos actos y actividades. 

«Por mí y por todos los compañeros» - Foto: Manu Reina

Superación. Este hombre de 52 años fue diagnosticado con esclerosis múltiple primaria progresiva hace once años. El año 2023 ha sido duro para él, tuvo que dejar el trabajo en enero y en poco tiempo cayó en depresión. No obstante, gracias al apoyo de su familia y, especialmente, de su psicólogo, decidió dar el paso de «hacer algo que me permitiera dar voz a nuestra enfermedad». Los meses de marzo, abril, mayo y junio le sirvieron para diseñar y organizar minuciosamente este viaje, que empezó el pasado 16 de octubre y que concluirá, si todo va bien, el próximo 3 de febrero. «No podía quedarme en casa y morir ahí encerrado», proclama. 

Prudencio, que bromea con estar de «okupa» en distintas casas durante su camino, subscribe este reto como «individual y personal», bajo el nombre de PrudEM, por las siglas de la Esclerosis Múltiple, y cuyo proyecto tiene el título de EMbárcate. Este valiente recuerda con nostalgia como no podía andar 50 metros sin sentarse, a causa del avance de la enfermedad. Pero no habrá barreras que le detengan nunca, mucho menos ahora que derrocha un enorme coraje. Tras recorrerse medio centenar de ciudades, llegando incluso a las islas, Melilla y Ceuta, tiene decidido «hacer el Camino de Santiago, aunque sea en silla de ruedas».