Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


Feliz no cumpleaños

24/08/2023

Como quien no quiere la cosa, sin casi hacer ruido, cerramos una vuelta alrededor del Sol y aquí nos encontramos, una vez más, pendientes de iniciar un viaje a esa niñez en la que todos fuimos irremediable e infinitamente más felices de lo que somos ahora. Sofocados por esta mala costumbre veraniega de las altas temperaturas, miramos de reojo cómo el nonato recinto ferial va engalanándose para recibir a propios y extraños que buscan, casi con desesperación, retomar ese viejo sueño infantil en el que figuraban caballitos y ocas, antes que la rutina del mundo adulto vuelva a llevarnos por delante desplegando ante nuestra sorprendida cara diversos métodos de tortura en forma de encuestas, euribors e investiduras (fallidas o no). 

Es el momento de dejarnos deslumbrar por un sinfín de arcos luminosos que te acompañan a ese parque temático, completamente ocasional, en el que pagamos por un poco de diversión. Echaremos de menos aquel puesto de los chocolates Valor, con su mostrador repleto de vasos con el bollo ya incorporado. Suspiraremos por ocupar el coche de choque azul, el que más corría y en el que la ilusión de sorprender a la chica que era dueña de tu corazón veraniego duraba lo que tardaba el malote del colegio de al lado en embestirte de una manera traidora. Contaremos a nuestros hijos que la tómbola buena, la que traía los mejores premios, era la de los Hermanos Cachichi. Al menos así fue hasta que empezaron a venir bingos, carreras de camellos...y todo tipo de reclamos para gastarte tu dinero en pos de una yogurtera que, posiblemente, te habría salido más económica (y mejor) en el As de Bastos. 

Recordaremos aquellos cuadrangulares de balonmano con el Atlético de Madrid, el Calpisa, el Barcelona...o los de baloncesto con el Peñas de Huesca o la Cibona de Zagreb de Alexander Petrovic quien no tuvo reparos en bajarse los pantalones cortos ante un Sargal repleto de niños y adultos que entendían aquellos magníficos torneos deportivos como la única ocasión de ver en el poli deportistas de primer nivel. La mirada se nos teñirá de nostalgia tarareando algún tema de Alaska, Serrat, Manolo García o Mecano, asiduos artistas de un coso taurino reconvertido en auditorio. Y nos pondremos serios, por un segundo, para demostrar que la feria taurina, clásico veraniego donde los haya, no tiene nada que ver con la actual. Eso sí, echaremos de menos los fuegos artificiales que cerraban la feria y que convocaban a la práctica totalidad de la ciudadanía para contemplar un show ciertamente breve.

Abrimos la puerta a nuestros recuerdos para completarlos con los que creemos este año. Y todo esto con el único objetivo de festejar a nuestro Santo Patrón, a San Julián, que verá cómo por un puñado de horas no celebramos su onomástica en su día. Quizá sea porque, envueltos en ese viaje a la infancia, nos pase como a Alicia en el país de las maravillas y con tal de festejar, celebremos el No Cumpleaños del homenajeado.