José Ignacio Uceda Leal es un torero de los que da gusto ver anunciado. Su sello inconfundible, torería, clasicismo y manera de estoquear y de estar en la plaza, ponen de manifiesto los principales argumentos para acudir con ilusión al coso del paseo de Chicuelo II el próximo 25 de agosto. Su presencia es una de las grandes noticias para el aficionado conquense. «Es una alegría volver a Cuenca, es una plaza de la que tengo muy buenos recuerdos desde novillero sin picadores, es una feria muy importante en el calendario taurino y que se ha ido consolidando», explica el torero madrileño. «Estoy contento de que la afición vea el momento en el que estoy», remata.
Uceda Leal ha tenido una importante trayectoria en esta plaza y recuerda sus actuaciones con cariño. «Debuté en Cuenca en la feria de 1992 en una novillada sin picadores, con 15 años, corté tres orejas y toreé dos novillos fenomenal, tengo muy buen recuerdo de mi debut», continúa el diestro. Como matador, debutó en 2008, con una corrida de Victorino, cortando una oreja a un toro muy complicado: «Creo que fue una faena importante». El del barrio de Usera confiesa la importancia de su actuación en 2009, cuando cosechó el trofeo a la mejor faena de la feria con otro toro de Victorino, al que cortó las dos orejas. «Tengo muy buen recuerdo porque lo toree muy despacio, aquí guardo con cariño el trofeo, y es que siempre se me ha dado muy bien Cuenca y espero que este año también sea así».
Uceda Leal trenzará el paseíllo para lidiar dos hierros de máximo interés. «Son ganaderías diferentes entre sí y muy interesantes. A Baltasar Ibán la conozco bien, he tentado siempre y he matado muchas corridas, una ganadería encastada y brava; Montalvo es una ganadería buena, que echa toros muy importantes. Creo que el espectáculo está asegurado», sentencia.
Se muestra ilusionado con el cartel y con sus compañeros de terna, Fortes y Peñaranda. «Son dos toreros que tienen un ambiente muy bueno, pero lo importante del cartel, además del momento que atravesamos los tres, es que también somos tres toreros diferentes y la variedad es importante, sobre todo para el aficionado que tampoco está acostumbrado a vernos mucho en los ruedos más allá de Madrid», argumenta.
José Ignacio dejó una actuación fundamental en San Isidro, cortando una oreja. «Mis últimas actuaciones en Madrid han sido todas muy especiales, en todas he dejado la impronta de mi toreo y es una plaza que me está impulsando a seguir adelante por encima de mis años de alternativa, me da mucha moral, allí me encuentro con mis mejores partidarios», continúa el espada. «Esa última faena a un toro de La Quinta fue una síntesis que refleja bien el momento que me encuentro en mi carrera y cuál es mi concepto del toreo», subraya.
Uceda Leal es un torero de culto, se encuentra en un momento de plenitud y muy del gusto de los aficionados. «Es bonito que después de tantos años el aficionado se interese por mi toreo y que yo sienta que he crecido y que sigo creciendo en mi tauromaquia, es el fruto de una gran vocación y una gran afición, sobre todo de amor al toreo y de no conformarme con lo que había hecho hasta ahora, sino de seguir ahondando y buscando en el toreo clásico, el puro, que es el que siempre he sentido y creo que ese toreo no tiene fecha de caducidad», recalca. Y de ahí el interés que está despertando este torero a pesar de los años de alternativa.