¿Continuará?

Manu Reina
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El futuro de la churrería de la Plaza del Mercado está «en el aire» y depende de «la decisión del Ayuntamiento de renovar o hundir el edificio», porque el relevo generacional «está asegurado»

¿Continuará? - Foto: Manu Reina

Uno de los «míticos» de Cuenca puede desaparecer. Y «hay serias posibilidades». A día de hoy su futuro es negro como el chocolate, pese a que Antonio Pérez lucha sin cesar porque su Churrería Plaza del Mercado siga en pie. Tanto que se niega a apagar la freidora a pesar de jubilarse el pasado verano. Ahora ejerce y sirve a sus clientes en etapa de jubilación activa. Lleva casi medio siglo con las manos en la masa y se niega a decir adiós a este emblemático establecimiento de churros. «Me fastidia mucho que se pueda perder la tradición», recalca.

El «único inconveniente» es que «no sabemos qué decisión tomará» el Ayuntamiento, que es el propietario de este local que forma parte del Mercado municipal. Antonio, que cuenta con la licitación desde el principio de los orígenes, incide en que «no tenemos noticias de sí se va a hundir o reformar este edificio» y asegura que el futuro «no está nada claro por ahora». Este churrero conquense, muy conocido en la capital, aguanta y vive bajo la incertidumbre en primera persona. Por una parte, está tranquilo porque «tengo muchas personas interesadas en que les traspase el local», pero «no puedo traspasar algo que está en el aire y que no sé qué va a pasar». Por lo tanto, «el relevo depende de la decisión del Ayuntamiento». Lo que sí está claro es que no asumiría ese hipotético relevo un familiar «porque mis cuatro hijos no están interesados, al igual que mis sobrinos».

A sus 67 años de edad se resiste a abandonar un negocio por el que ha dado «toda una vida». Pese al miedo a tener que bajar la persiana o directamente ver cómo echan abajo su legado, «no pierdo la esperanza». Tampoco «busco culpables porque quizás no haya culpables después de tanto tiempo». Pero sí que «no se han tomado decisiones que pudieran beneficiar o perjudicar para este Mercado».

Antonio, que lleva 44 años friendo churros, tiene una cosa muy clara. Es muy tajante a la hora de hablar de la posibilidad de reubicar la Churrería de la Plaza del Mercado en otro sitio. Pero no. «O se ve aquí, o no se ve», subraya muy convencido, porque «ya no sería lo mismo y perdería toda esa identidad que siempre he buscado en el negocio». Es un fanático además de los mercados municipales por «esa relación tan estrecha con los compañeros y porque un mercado siempre llama más a la gente».
Podría estar en el sofá de su casa descansado. Se lo ha ganado después de tantas horas, días y décadas de servicio. Pero se reniega a dejar atrás aquello que ha construido él mismo. La nueva fecha que se ha fijado es el día 31 de marzo, una vez concluya la Semana Santa, para dejar este oficio, pero «tendré que seguir si no tenemos noticias nuevas».

El fin supondría «un gran disgusto» porque se trata de un negocio que tiene «aceptación y francamente funciona». Es «mítico en la ciudad» y si no hay continuidad «se pierde, y es algo que acusará Cuenca». Este churrero confía en que haya una larga vida para este establecimiento. Tiene además «el apoyo de muchísima gente, que me dice que continúe y que lo intente, pero veremos a ver si hay opciones de ello».
 

Desayunos. Son miles las personas que han cruzado la puerta de este negocio para desayunar de lunes a domingo, que es el horario fijado, de 7 a 13 horas. Tan solo se descansa en Navidad, Año Nuevo y Día de Reyes. El resto de fechas toca mojar el churro. Es una escena que se ha repetido por activa y por pasiva y que no solo los conquenses han disfrutado, sino también visitantes de todo el panorama nacional. Todos adoran la porra o el churro, mojado con chocolate o café, o directamente consumido solo, con azúcar e incluso sal.

Los trabajadores de la zona también están expectantes porque su local de confianza puede tener los días contados. Es algo que también les preocupa, «porque vienen muchísima gente a desayunar antes de entrar al trabajo o durante el descanso». Ellos también hacen fuerza y se suman a la causa por la cual, al fin y al cabo, la sociedad está del lado de uno de los míticos de Cuenca. Ahora queda por ver qué pasará y si continuará…