Leyenda eterna

Manu Reina
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El Tour de Francia rinde homenaje al conquense tras 50 años de su triunfo

Leyenda eterna - Foto: Agencia EFE

Luis Ocaña (Priego, 1945 / Nogaro-Francia), 1994) marcó un antes y un después en el deporte conquense. Es y será siempre una leyenda y su legado en el ciclismo perdurará para la eternidad. Ocaña, que creció y vivió en localidad gala de Mont de Marsan, siempre será recordado por su carácter competitivo. Alcanzó la gloria en 1973 tras conquistar el Tour de Francia y se vistió con el maillot amarillo por derecho propio. Tuvo además una carrera exitosa con numerosos triunfos en otras carreras e incluso estuvo cerca de anotarse una segunda ronda francesa años antes, pero debido a una fatídica caída tuvo que abandonar cuando lideraba la clasificación. Y es que la suerte nunca ha sido muy amiga del conquense, que tuvo que lidiar siempre contra viento y marea. 

Precisamente, en estas fechas se conmemora el 50 aniversario del triunfo de Ocaña en el Tour de Francia de 1973 y la organización de la ilustre competición le rendió un merecido reconocimiento en la edición que se está disputando en estos momentos. Tanto es así que se inauguró el Velódromo Luis Ocaña en la séptima etapa, precisamente en Mont de Marsan donde el ciclista pasó gran parte de su vida. También fue homenajeado en la cuarta etapa, entre Dax y Nogaro. La dirección depositó un ramo de flores en su honor en Caupenne d'Armagnac, donde residió y falleció a los 48 años de edad. Y es que Ocaña se ganó el cariño de todos y, por supuesto, el respeto. El próximo año se cumplen 30 años de su fallecimiento y los reconocimientos y homenajes se repetirán de nuevo para ensalzar la figura de un ciclista que tuvo que sobreponerse a muchos obstáculos en su vida tanto fuera como dentro de la pista. 

Irrupción. Luis Ocaña, apodado como el español de Mont de Marsan, tomó el relevo de Federico Martín Bahamontes, que hasta la irrupción del ciclista conquense tan solo él había triunfado en las carreteras y montañas francesas. De hecho, el triunfo en 1973 de Ocaña volvió a poner en el mapa al ciclismo español, que solo aportaba en el palmarés el mencionado triunfo del toledano en 1959. Posteriormente a Ocaña, llegaron diez maillot amarillos más para el ciclismo español. El conquense se convirtió en una referencia y en un ejemplo a seguir para las siguientes generaciones. En la actualidad es reconocido como una leyenda eterna y nunca se olvidarán todos sus logros y hazañas.