Valera de Abajo: Hondas raíces pasionales

Miguel A. Ramón
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Los valerosos se disponen a vivir intensamente su Semana de Pasión, que comenzará este Domingo de Ramos, día 13, y concluirá el Domingo de Resurrección con el encuentro del Santo Niño con la Virgen Dolorosa.

Los valerosos vive intensamente su Semana Santa.

Si, año tras año, los valerosos anhelan, con devoción, fervor y sentimiento, la llegada de una cita tan señalada en el calendario, como es su Semana Santa, en esta ocasión, lo hacen con más fuerza, si cabe. Y es que después de que el año pasado no saliera ninguna procesión, ni siquiera la del Encuentro del Domingo de Resurrección, que no se recuerda que no haya podido procesionar ningún año anterior, las ganas por vivir intensamente la Semana de Pasión se acrecientan. De ahí, que confíen en que este año sí se puedan llevar a cabo todos los actos programados y los pasos puedan recorrer las calles de la localidad.

Y no es para menos. El sentimiento cofrade es muy profundo en Valera, donde la palabra hermandad cobra una especial relevancia y trae consigo la confraternización entre lugareños y visitantes en torno a una honda emoción nazarena.

No en vano, los valerosos se preparan para vivir la Semana Santa desde la Cuaresma, con la arraigada tradición de acudir a la iglesia a visitar al Santísimo e ir preparando el corazón nazareno para estos momentos con fuerte carga sentimental y de fervor cofrade.

La imagen del Ecco-Homo procesiona por las calles de Valera. La imagen del Ecco-Homo procesiona por las calles de Valera.

Una Semana Santa que dará comienzo el Domingo de Ramos, 13 de abril, con la procesión, en la que los quintos y quintas sacan el paso de la Borriquilla en un desfile, que se inicia en la iglesia vieja hasta la iglesia nueva en un recorrido de unos 200 metros.

Del Miércoles Santo al Viernes Santo tienen lugar algunos de los momentos nazarenos más destacados, con los desfiles profesionales por las calles del municipio, como, por ejemplo, es el caso del Jueves Santo, cuando procesionan las imágenes del Ecce-Homo, el Amarrado a la Columna, el Jesús Nazareno y la Virgen de la Esperanza.

El Viernes Santo, por otro lado, es otro de esos momentos esperados. Un día nazareno muy señalado que comienza por la mañana, con un Vía Crucis con el Cristo del Perdón y la Dolorosa, y que prosigue por la tarde con la procesión de la Cruz Desnuda, el Cristo del Perdón, que desfila sin andas, simulando el descendimiento, así como con el Cristo Yacente y la Virgen Dolorosa.

Imagen de la 'enramá' en la plaza de la iglesia.Imagen de la 'enramá' en la plaza de la iglesia.

De esta manera, se llega al Sábado Santo y con él da comienzo uno de los fines de semana más especiales en el municipio y, por lo tanto, muy esperado, sobre todo por los jóvenes, tanto de Valera como de alrededores. Y es que los quintos del pueblo, familiares, amigos, vecinos y visitantes compartirán en la plaza de la iglesia uno de los momentos cúlmenes de estos días, como es la construcción para la virgen de la conocida como «enramá». 

Se trata de una caseta con un esqueleto de madera que va pasando de un año para otro, decorada con hierba, remolinos de colores, naranjas, plátanos, chocolates, etc., elaborada de forma artesanal en un ambiente festivo, donde mucha gente se queda sin dormir hasta el día siguiente. Y es que esa noche es, además, una de las de mayor recogimiento con la Vigilia Pascual, a la espera de la resurrección del Señor.

Al filo del alba, la imagen del Santo Niño, portada por los quintos, recorre corriendo las calles del pueblo, mientras que la Virgen Dolorosa, de luto, va en silencio por otro recorrido más corto, también a hombros de los quintos, hasta llegar a la plaza. 

Allí se produce el encuentro del Santo Niño, que se va acercando a la Virgen, mientras sus portadores se arrodillan tres veces para llegar hasta ella, a la que despojan del negro manto, dejando a la vista otro azulado. Y cuando se produce el encuentro de las dos imágenes, una traca resuena para celebrar la resurrección de Cristo. El momento, sin duda, más esperado.