Valero-Puertas expone 'Arqueologías de la ausencia'

Redacción
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Esta exposición llega a Cuenca de la mano de la UCLM y el grupo de investigación ARTEA, en colaboración con el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

Valero-Puertas expone 'Arqueologías de la ausencia'

La Fundación Antonio Pérez de la Diputación Provincial de Cuenca, inauguró este jueves por la tarde en el Espacio Vitrinas de su Centro de Arte Contemporáneo de Cuenca, la exposición "Arqueologías de la ausencia" del artista mexicano Rodrigo Valero-Puertas, que podrá verse hasta el próximo 31 de marzo.

"Arqueologías de la ausencia" es un trabajo realizado en el marco del Máster en Práctica Escénica y Cultura Visual de la Facultad de Bellas Artes de Cuenca (UCLM) en el que colabora el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y el grupo de investigación ARTEA, que cuenta con diecinueve cajas-archivo, una por cada comunidad o ciudad autónoma del Estado español en las que se han localizado fosas comunes con las personas desaparecidas desde el golpe de Estado de 1936 hasta la entrada en vigor de la Constitución de 1978.

En la inauguración han participado el director de la FAP, Jesús Carrascosa, y el artista Rodrigo Valero-Puertas, y ha reunido a visitantes y amigos de la Fundación. Jesús ha señalado que esta exposición hubiera hecho muy feliz a Antonio Pérez por "la calidad de la obra, y especialmente por algo que para Antonio ha sido su vida como es la memoria democrática".

Por su parte, el artista también se ha mostrado feliz por haber tenido la oportunidad de presentar en la FAP este trabajo y agradecido a la Facultad, en concreto a Ruth San Juan, Vicedecana de Estudiantes de la Facultad de BBAA de Cuenca, por haberle ayudado a conseguirlo. Además, siente el artista que "este trabajo debe presentarse y conocerse porque cree que no se habla lo suficiente y no se han llegado a cerrar las heridas".

Rodrigo comenzó en su país, México, a investigar las desapariciones forzadas pero al enterarse de la desaparición de su bisabuelo y el fusilamiento de su tatarabuela durante la Guerra Civil y la Dictadura Franquista, decide investigar las desapariciones forzadas en España y convertir su proyecto del máster en un trabajo arqueológico de recuperación de la memoria histórica.

Este propósito, junto a la Ley de Memoria Democrática aprobada en 2022, en la que se establece elaboración de un mapa integrado de localización de personas desaparecidas durante el periodo que va desde el golpe de Estado de 1936, la Guerra Civil y la Dictadura Franquista hasta la entrada en vigor de la Constitución de 1978, le dan pie a seguir con el proyecto y realiza las dos primeras cajas archivos para después continuar con el resto de cajas hasta completar las 19 comunidades autónomas. Las dos primeras cajas, Asturias y Castilla-La Mancha, se presentaron en Madrid, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y en el Teatro Pradillo. Después, surgió la posibilidad de presentar el trabajo completo en Cuenca a través de la Facultad de Bellas Artes donde Rodrigo realizaba los talleres del Máster.

Las cajas archivos contienen en su interior cada una de las hojas marcadas de manera individual con el número de catalogación de las fosas comunes, su estado de conservación, las coordenadas de su ubicación geográfica y el tipo de muerte que sufrieron las personas enterradas allí. El trabajo lo comenzó en 2023 y tardó cinco meses en terminarlo, primero buscó la documentación cartográfica y de geolocalización recopilada hasta el momento por la Administración del Estado, y después diseñó y elaboró la cajas, imprimió cada una de las hojas y finalmente picó el interior de todas ellas para crear un agujero símbolo del vacío de información de las personas enterradas en las fosas comunes.

Rodrigo completó este trabajo con una serie de "Dibujos de un minuto de silencio" realizados en la fosa común del cementerio de Ciriego, donde reposan los restos de su tatarabuela, que consta de 827 dibujos, uno por cada una de las víctimas enterradas allí, elaborados con el movimiento de las ramas del árbol situado sobre la fosa, gracias a un rotulador y una plataforma colocada por el artista para que fuera el aire el que dibujara en el papel durante un minuto.