Una aventura «increíble»

Manu Reina
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Marta Plaza cumple el sueño de correr junto a una «leyenda» como su padre y confía en poder hacerlo algún día con su hermana Mónica

Una aventura «increíble»

Una aventura, experiencia y desafío «realmente increíble». Marta y Manolo Plaza, subidos en su Sodicars Racing, completaron con creces la prueba más dura y exigente del mundo del motor, el Dakar 2024. Tanto hija como padre supieron sobreponerse a numerosos contratiempos, especialmente durante las primeras etapas por un problema eléctrico continuo en su vehículo, para decir bien alto y claro que han superado la competición. El camino desde el inicio hasta el final no ha sido nada sencillo, con 7.891 kilómetros, de los cuales 4.727 fueron en etapas especiales. 

Manolo ha corrido esta famosa competición hasta en 21 ocasiones, de las cuales cuatro de ellas fue con la antigua denominación de París Dakar, que es cuando la línea de salida estaba en Europa y la meta en Dakar, la capital de Senegal. Desde los últimos años, esta dura prueba se desarrolla en Arabia Saudi y para Marta Plaza era la primera vez que la afrontaba. La joven conquense relata que la aventura ha sido «realmente increíble» y se deshace en elogios a la hora de hablar de su padre. Y es que Marta ve en Manolo «a dos personas en un mismo piloto. Una de ellas como padre y otra como leyenda de la que he aprendido todo lo que he podido». 

La joven conquense, de tan solo 23 años recién cumplidos, y que sopló las velas en el desierto árabe, asumió el reto de acompañar a su padre «porque era mi momento de hacerlo». Ambos cogieron las maletas el 31 de diciembre y regresaron el pasado sábado. Más de veinte días por delante donde han vivido muchas sorpresas, pero también lamentos porque sus estados emocionales han sido una montaña rusa. 

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Al principio, con la enorme ilusión que esbozaban sus rostros, sufrieron un problema eléctrico en el coche que les impidió competir. Los mecánicos no daban con la solución y las primeras etapas se esfumaban. No pudieron completar ni la carrera prólogo. El coche se paraba cada dos por tres. Lo mismo avanzaba 500 metros que 30, aunque siempre terminaba por detenerse. Finalmente, de una u otra forma, «sin perder nunca la fe», consiguieron enderezar el rumbo a partir de la cuarta etapa. Desde entonces, hija y padre lucharon con uñas y dientes, haciendo frente a etapas muy duras que les mantenía en el coche, como mínimo, diez horas diarias. 

Los dos, muy seguidos especialmente en cada paso por Mónica Plaza desde casa, apenas podían comer dos veces al día, «aunque llevábamos barritas energéticas» durante el transcurso de las pruebas. En carrera comprobaron, especialmente Marta al ser novata, que el Dakar «exige mucho», y que no solo tienes que estar preparado físicamente, sino también «mentalmente» porque existe un gran desgaste. Tanto es así que ambos han perdido una media de tres kilogramos, tal y como calcula Marta, que reconoce que no quiere pesarse, aunque se muestra segura de que «he perdido esa cantidad».

Visita especial. Marta y Manolo eran conscientes que durante el transcurso de la competición recibirían la visita de Mónica, la tercera en discordia de esta familia amante del motor, que finalmente no corrió el Dakar pese a que en un principio sí iba a hacerlo con un compañero. No obstante, Marta, que es la menor de las dos hermanas, relata que «no sabíamos realmente qué día o momento exacto vendría, por lo que cuando apareció supuso un enorme chute de energía». Los tres se fundieron en un enorme abrazo. La pequeña de las hermanas necesitaba su presencia para afrontar el resto de la competición, más aún después de las complicaciones del inicio. Incluso cuenta que su padre, en un momento exacto, le avisó de que «no preparara tantas cosas porque no sabíamos si el coche funcionaría bien». Por suerte, los mecánicos pudieron poner de nuevo en marcha el vehículo. Los lamentos y alguna que otra lágrima se convirtieron de nuevo en ilusión.

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En el transcurso de la competición, que se desarrolló del 5 al 19 de enero, Marta hizo uso de sus redes sociales para compartir cada paso, tanto de ella como de su padre. Las publicaciones eran diarias, aunque ella reconoce que «me habría gustado subir más fotos de las que he subido». De lo que sí está enormemente contenta es del «apoyo que hemos tenido». De hecho, la joven explica que «no me hacía la idea de que había tanta gente que realmente nos apoya y quiere, especialmente de Cuenca».

La pequeña de las Plaza tiene muchísimas anécdotas que contar, aunque recuerda una como si estuviera viviendolo de nuevo. Y es que, tanto ella como su padre, cedieron una rueda a otros competidores que se habían quedado parados y no tenían repuesto al pinchar hasta en tres ocasiones. «Quedaba la mitad de la etapa, caracterizada por muchos tramos de piedra, pero no dudamos en darles una rueda, aunque fuera de un tamaño diferente al que necesitaban». Eso hizo que estos pilotos pudieran seguir en la batalla, ya sea para llegar a la meta o buscar su camión de asistencia. Y es que la solidaridad va forjada a fuego en esta familia conquense. 

Finalmente, tras unas duras semanas y tomarse incluso las uvas en un aeropuerto, hija y padre ya están en Cuenca y hacen un balance especialmente positivo. Marta ensalza además la gran victoria de su amiga Cristina Gutiérrez, que es la primera mujer en ganar el Dakar. «Es una fortuna decir que ha ganado junto a su copiloto Sergio, que es algo que se lo merecen». Además, la conquense recalca que Cristina «es un orgullo español».

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Sueño. Marta ha cumplido el gran sueño de su vida, pero ahora se plantea otro que le llena también de una gran ilusión, tanto que se emociona a la hora de hablar de ello. Y es que la pequeña de los Plaza quiere correr el Dakar con su hermana, porque sabe que juntas hacen el mejor equipo. «Estoy seguro de que lo conseguiremos y de que correremos juntas». Pero no solo en esta dura carrera, sino a partir de este año porque, tal y como avanza, próximamente «saldrán proyectos».

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Por último, la joven vuelve a afirmar que su padre le ha comentado que «éste será su último Dakar», aunque para tranquilidad de todo el deporte conquense, «es algo que lleva diciendo desde que tengo uso de razón». Eso hace creer que seguro que volveremos a disfrutar de los plazas en la próxima edición del Dakar.