El turismo cae en julio y se sitúa por debajo de prepandemia

Miguel A. Ramón
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Los hoteles de la capital registran un total de 14.513 viajeros, un 12,3% menos que hace un año y un 14,7% respecto a 2019, cuya estancia media pasa de los 2,03 días de hace cinco años a los actuales 1,78

Las pernoctaciones en los hoteles de la capital durante julio se elevaron a 25.831, especialmente por la caída de turistas nacionales. - Foto: Reyes Martínez

El mes de julio ha roto con las expectativas que el sector  hotelero de la capital conquense tenía para el inicio de la temporada de verano. Y lo ha hecho con unas cifras que apuntan a una ligera caída del turismo que opta por los establecimientos hoteleros cuando visita Cuenca. 

No en vano, durante julio se han producido descensos tanto en viajeros y pernoctaciones como en estancias medias y ocupaciones hoteleras. 

De ahí que el presidente de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo (APHT) de Cuenca, José Manuel Abascal, no dude en hablar de una mala noticia para el turismo en Cuenca y vislumbre detrás de esta evolución a la baja las  previsiones de altas temperaturas que han predominado a lo largo de todo el mes.

Para Abascal, las olas de calor han traído consigo un «efecto de veraneo climático» que ha perjudicado, y bastante, a destinos de interior como Cuenca. Y es que, según afirma, «con tantas previsiones de altas temperaturas, mucha gente ha optado por buscar refugios climáticos como el norte del país, aunque el gasto por turista no haya sido muy notable en estas zonas».

Y esto, según precisa, se produce, además, en un contexto de regreso a la normalidad, en el que los destinos de sol y playa vuelven a ser los principales competidores de puntos turísticos como Cuenca.

Es por ello que insista, ahora con más motivo, en la necesidad de que se ofrezcan eventos y actividades que incrementen el atractivo de Cuenca  para poder competir con los grandes destinos de costa.

Cifras en la capital. La última Encuesta de Ocupación Hotelera del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente al mes de julio apunta una caída anual del 12,3% en el número de viajeros, que ha pasado de los 16.548 de 2022 a los actuales 14.513; es decir, 2.035 turistas menos que se han alojado en los establecimientos hoteleros de la capital conquense.

Descenso que se incrementa más aún si se compara con un año de referencia, como es 2019, antes de la pandemia, hasta el punto de que se constata que el volumen de viajeros en julio hace cinco años era un 14,7 por ciento mayor que en este año, al pasar de los algo más de 17.000 a los actuales 14.513.

Comportamiento que, como es de esperar, se refleja igualmente en las pernoctaciones, que el pasado mes se elevaron a 25.831, un 17,6% menos que hace un año, cuando llegaron a las 31.363, y un 25,1% por debajo de hace cinco, cuando se contabilizaron 34.476.

Una tendencia a la baja que responde especialmente al comportamiento de los turistas nacionales que, por ejemplo, han registrado un descenso anual en julio de 5.264, lo que supone un 16,8% menos.

Al menor número de viajeros y pernoctaciones, se suma un descenso del tiempo de estancia de los clientes de alojamientos hoteleros, que han pasado de los 2,03 días de media antes de la pandemia, en 2019, a los 1,78 de este año; cifra, incluso, inferior a la de hace un año cuando se estimó en los 1,90 días.

Como es de esperar, el grado de ocupación hotelera también ha sufrido una ligera disminución no solo en el último año, sino también con respecto a prepandemia. No en vano, en 2019 la ocupación media hotelera en la capital se situó en el 53,2 por ciento, en 2019 en el 53,9% y ahora en el 45%, casi nueve puntos menos que en el mismo mes de 2022. Cifras de ocupación que si se refieren a los fines de semana no varían su tendencia y se pasa del 62,9% de 2019 al 56,8% de 2022 y al 48,1% de este año.

Provincia. La evolución del turismo en  los hoteles de la provincia no ha sido muy distinta a la de la capital. De hecho, el número de viajeros se elevó a 26.531, lo que supone un 10,9 por ciento menos que hace un año y un 6,2% por debajo de los niveles de prepandemia. 

Las pernoctaciones, que se han elevado a 45.465, experimentan, igualmente, una considerable caída anual del 15,3%, con 8.235 menos, y en cinco años del 13,7%.
La estancia media cae ligeramente en un año de los 1,80 días a los 1,71, y la ocupación del 39 al 33,6%.