¿Tiene Kylian Mbappé un problema con las alturas? El delantero francés presume de haber marcado en la final de un Mundial, la cima máxima a la que puede aspirar un futbolista, pero a imagen del duelo del pasado sábado contra Inglaterra, el parisino ha fallado en muchos partidos clave.

Contra los 'Three Lions' todos los focos estaban puestos en el '10' de los 'bleus' y su batalla con Kyle Walker, pero Mbappé, más allá de algunos intentos de desborde, se marchó de vacío y en sus estadísticas solo dejó un tiro fuera de los tres palos.

Poco bagaje para el máximo realizador del torneo, que llegaba con cinco dianas en su haber y que solo ha faltado a su cita con el gol en tres de las 12 citas que ha disputado en la Copa del Mundo.

Nadie pone en duda la valía del atacante del PSG, pero en el debate sobre la dependencia del delantero, los argumentos en contra cobraron fuerza, porque sin firmar su mejor encuentro, Francia logró la clasificación para semifinales con tantos de Tchouaméni y Giroud.

El plan de los 'pross' para frenar a la estrella gala dio sus frutos, pero los de Didier Deschamps tenían otros recursos. Mbappé, que ha subrayado Qatar 2022 como el camino para entrar en la leyenda, se tomó un respiro en un duelo tan importante, alimentando el debate sobre sus apariciones en los enfrentamientos clave.

Un vistazo a sus estadísticas puede arrojar luz sobre la cuestión. El parisino ha conseguido cinco de sus nueve goles en Mundiales en partidos a eliminación directa, cuatro de ellos en octavos de final (dos frente a Argentina en 2018 y otros dos contra Polonia este año) y uno en la final contra Croacia de hace cuatro años.

Miedo a la altura

Pero esos momentos de altura no ocultan otros menos brillantes que ha firmado en ese tipo de partidos. En 2018, estuvo gris en cuartos contra Uruguay y más activo en las semifinales ante Bélgica, aunque no marcó. En ambos casos, su figura dejó paso a la de otros compañeros, Varane y Griezmann en el primer duelo y Samuel Umtiti en el segundo, sin olvidar que Hugo Lloris fue el héroe de ambas victorias. Mbappé reapareció en la final, aunque su gol, el cuarto, llegó cuando el encuentro ya estaba bastante  encarrilado.

El jugador, que a finales de este mes cumplirá los 24 años, necesita ser decisivo en un compromiso de talla para afianzar su condición de leyenda. La semifinal contra Marruecos de mañana será una nueva ocasión para demostrarlo, a condición de que supere a la correosa defensa de los 'leones del Atlas' y de su amigo y compañero de equipo Achraf Hakimi, a quien tendrá enfrente.

A menos que la altura vuelva a nublar su talento. Algo que también le ha pasado con el Paris Saint-Germain. El futbolista ha marcado 38 goles en los 58 partidos que ha disputado en Liga de Campeones con su actual club y con el Mónaco, de los cuales 15 los logró de octavos en adelante.

Pero en esa competición tampoco ha logrado ser decisivo. Solo ha marcado una diana más allá de cuartos y los que ha conseguido no permitieron a su equipo llegar demasiado lejos.

Eclosionó con el Mónaco en la temporada 16/17, con cinco dianas en la Champions League. El delantero, que tenía 17 años, maravilló al mundo con dos goles que eliminaron al City de Guardiola en octavos, tres más al Dortmund en cuartos y uno en semifinales contra la Juventus que no sirvió para seguir adelante.

Pero desde que al año siguiente llegó al PSG, su aportación en las rondas que marcan la gloria ha sido más modesta. En su primer año en la capital no dejó huella en su doble duelo de octavos contra el Real Madrid. La campaña siguiente, marcó  en Mánchester, pero no evitó que en la vuelta el United les apeara también en octavos, tras firmar un partido muy pobre. Tampoco vio portería en los choques a eliminación directa de la temporada 19/20, en la que el PSG alcanzó la primera final de su historia.

Ahora, con todo en juego con Francia y con el Bayern de Múnich en el horizonte enChampions, debe cambiar la dinámica.