Pocos verbos hay que salgan más caros de conjugar como el de repostar. Si son de los que tienen que usar el coche a menudo, ya se habrán dado cuenta que desde el verano los números que marcan los precios de gasóleo y gasolina en las estaciones de servicio han ido subiendo de manera progresiva. Si confían en que estos precios altos se deban a un motivo coyuntural, el problema es que no es así. «No pensamos que vaya a bajar, por una cuestión que es de cajón, la oferta y la demanda, que es la que marca el mercado», advierte a La Tribuna Javier de Antonio Arribas, presidente de la Federación regional de Estaciones de Servicio.

Apunta que lo que hay de fondo es lo que denomina una «falta de neutralidad tecnológica» sobre todo en Europa. Explica que la UE se ha orientado en la agenda 2030 a apostar por los coches eléctricos y «los países productores de petróleo están viendo que el negocio va a acabar y van a hacer caja, ese es el motivo del que suban». Estos países son los que acaban influyendo en el precio del carburante con el barril de petróleo. «Se reducen las producciones de petróleo, se reduce la oferta, la demanda sigue subiendo y además seguimos sufriendo los efectos del embargo petrolero a Rusia», añade. 

Baja el volumen de ventas.

En las estaciones de servicio notan estas escaladas, aunque el origen esté a tantos kilómetros de distancia. «En general cuando hay subida de precios, lo que hay es un menor volumen de ventas», explica Javier de Antonio Arribas, «la caída de venta es general para el sector». Además sabe que puede producirse la «migración de un tipo de estaciones a otras» y por eso desde la Federación aconsejan a los usuarios que vayan a las estaciones que «están atendidas y son seguras» porque están dando «mano de obra, puestos de trabajo y estamos procurando en servicio que en otros casos puede resultar defectuoso por no ser atendidas por personal cualificado».

Proponen repensar los impuestos.

El presidente de la Federación de Estaciones de Servicio de Castilla-La Mancha sugiere varias soluciones. Por un lado, reclama que se «repiense la fiscalidad de los hidrocarburos» al igual que se hizo con los impuestos que gravan la electricidad cuando se disparó la factura de la luz. Señala que el año pasado el Estado recaudó 25.000 millones de euros entre los impuestos de hidrocarburos y el IVA debido al alza de los precios. También sugiere que se «prime el bioetanol», un combustible de origen agrícola, que es algo que ya se está haciendo en Francia. 

El ciclo contaminante de los eléctricos.

Arribas aclara que no está en contra de la apuesta por los coches eléctricos, pero avisa de que no es tan fácil acceder a esos vehículos y que, mientras tanto, sigue habiendo dependencia de un gasóleo y una gasolina cada vez con un precio más caro. Además apunta que «no se está viendo el ciclo contaminante del coche eléctrico». Se refiere a lo que contamina la producción de baterías, que generan emisiones nocivas, o a los residuos de «partículas de microplásticos» de los neumáticos de estos vehículos, que son diferentes al tener que aguantar más peso.