«Hay que pensar la accesibilidad como herramienta de libertad»

L.G.E.
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El presidente del Consejo Territorial de la ONCE en Castilla-La Mancha recalca que su organización paga 500 millones en impuestos en España: «Las personas con discapacidad en España no son una carga, sino que contribuyen»

«Hay que pensar la accesibilidad como herramienta de libertad» - Foto: Javier Pozo

En la entrada de la Delegación de la ONCE en Castilla-La Mancha hay la estatua de un perro guía a tamaño real, que parece que en cualquier momento podría ponerse a ladrar. El presidente del Consejo Territorial, José Martínez, tiene otra estatuilla de un perro lazarillo, esta más pequeña, encima de una de las mesas de su despacho. En la pared cuelga una foto en blanco y negro en la que uno de estos canes recibe la mejor recompensa: una caricia. Como presidente del Consejo Territorial de la ONCE, a José Martínez le ha tocado guiar a esta organización en Castilla-La Mancha. La ha guiado durante épocas de crisis y de recuperación, tanto de la financiera y económica de 2008 como la del coronavirus.

Cuentan con alrededor de 2.700 empleos solo en Castilla-La Mancha. ¿Cómo lleva tener esa responsabilidad a sus espaldas?

Es un orgullo que una entidad social de las características de la ONCE forme parte de la Marca España. La ONCE nace para atender las necesidades de las personas ciegas de una España de posguerra. Hubo mucha gente que perdió la vista fruto de la contienda bélica y las personas ciegas vivían básicamente de la mendicidad. Se ofrecía una pensión mínima de seis pesetas para poder tirar, pero nuestros fundadores tuvieron  claro que eso no era una solución y que había que buscar un medio para salir adelante. A partir de ahí surgió la posibilidad de que las personas con discapacidad visual pudieran vender productos de juego. Esa fórmula nos ha llevado al siglo XXI a una entidad que ha transformado humildemente el mundo de la discapacidad y de lo social en España. 

«Hay que pensar la accesibilidad como herramienta de libertad»«Hay que pensar la accesibilidad como herramienta de libertad» - Foto: Javier PozoSolamente en Castilla-La Mancha somos 2.700 trabajadores y subiendo. Nos hemos recuperado razonablemente bien de las crisis consecutivas, de las económicas y pandémicas. A nivel estatal somos 73.000 trabajadores, atendemos a otras 70.000 personas ciegas y el impacto de nuestras actividades es tremendo. Somos el primer empleador del mundo para personas con discapacidad. En términos generales, somos el cuarto mayor empleador del país. Está Mercadona, Inditex, El Corte Inglés y el grupo social ONCE. Estas empresas lo hacen con todo tipo de personal, pero nosotros lo hacemos con personas con discapacidad. 

Comenta que os habéis recuperado de esta concatenación de crisis. ¿Cómo esperáis terminar 2023?

Nosotros estamos en un buen momento, generando mucho empleo. El año pasado en Castilla-La Mancha generamos 1.100 puestos de trabajos nuevos. Y con un planteamiento de seguir creciendo en la venta de juegos y loterías sociales, incrementando la plantilla en todas las actividades del grupo Ilunion, que son tremendamente diversas, desde lavanderías industriales, hoteles, prestando servicios a empresas de seguridad, limpieza… Siempre son actividades intensivas en la contratación de personas. 

Si la coyuntura económica nos acompaña, las perspectivas es que va a ir todo bien y si no, tendremos que hacer lo que hemos hecho en las crisis. Tenemos siempre una máxima, que es seguir prestando los servicios a personas con discapacidad visual y siendo útiles. Con la pandemia, hicimos una labor muy importante ante la paralización histórica de los sorteos. Es verdad que nos pilló en un momento que teníamos un colchón económico para soportar el ERTE. Echar el freno fue algo durísimo, pero también las crisis nos evidencian que las personas son el mayor capital que tiene nuestra organización, personas con discapacidad que se atreven a salir a la calle a las duras y a las maduras y un ejemplo fue la vuelta después del confinamiento, con ilusión y ganas. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, tenemos muchos vendedores en rutas que acuden a los pueblos de la comunidad y que han llevado alimentos y medicamentos a la ciudadanía. Venimos de la calle y el compromiso siempre tiene que ser el de ayudar a la ciudadanía. 

En el volcán de La Palma hicimos reparto masivo de gafas de seguridad porque las cenizas dañaban la vista. Hemos estado con la guerra de Ucrania, mandando convoyes con dispositivos humanitarios para atender a las personas con discapacidad, incluso con la mala suerte de tener algún saqueo en las fronteras con Francia. 

A España le tocó el 'cupón' con una organización como la ONCE. ¿Hay otro país que tenga una entidad que funcione de manera parecida o que nos hayan copiado?

A una dimensión tan elevada y con tanto impacto, podemos decir que somos un modelo único en el mundo. La clave del éxito ha sido que las personas ciegas hemos estado siempre unidas. Inicialmente había pequeñas asociaciones a lo largo y ancho país, que hacían pequeños sorteos, rifas, que lo llamaban la 'lotería del pobre', pero hubo un momento en que nuestros fundadores dijeron: vamos a juntarnos todos y hacemos una entidad nacional potente, saltamos todos a la vez. Seguro que las personas que están leyendo esta entrevista están de acuerdo en que en nuestro país a veces por no estar unidos, tenemos dificultades. 

En los países del norte de Europa a las personas con discapacidad se les pensiona y no tienen aspiraciones de trabajar o estudiar, aunque luego tengamos a Suecia y Noruega en el top de las prestaciones. Aquí al lado, en Portugal, las personas ciegas están pidiendo en la calle. 

Nuestra organización en España paga todos los años 500 millones en impuestos y eso sirve para construir hospitales, hacer centros educativos. Sería muy distinto que las 73.000 personas que emplea la ONCE o los 70.000 afiliados que tiene, tuvieran que recibir una prestación de servicios que dependiera de los presupuestos del Estado. En España las personas con discapacidad no son una carga, sino que contribuyen y que creo que lo hacemos razonablemente bien. Si un día el Tercer  Sector dejara de funcionar: la ONCE, Cruz Roja, Cermi, EAPN… sería un drama social importante. 

En Castilla-La Mancha se ha aprobado una Ley del Tercer Sector y se ha creado una Mesa del Tercer Sector ¿ahora qué toca hacer?

El Tercer Sector ha estado siempre trabajando, pero sí que es verdad que nosotros hemos sido capaces de organizarnos. Inicialmente se constituyó el Cermi, el Comité español de Representantes de Personas con Discapacidad, que fue un gran elemento de unión. Es una organización que nos ampara a todas, donde compartimos, reivindicamos y aportamos a la Administración.

Ese fue el germen y el ejemplo de referencia para después generar otro segundo anillo de solidaridad, juntando al conjunto de organizaciones sociales importantes en nuestro país y de Castilla-La Mancha, para buscar proyectos compartidos, conocernos más. Ha sido un gran acierto. Estamos muy ilusionados con el proyecto de la Mesa del Tercer Sector. La ley fue importante, y como todas las cuestiones importantes, hay que regularla adecuadamente.  

Page ha anunciado que tocará ponerse con la Ley de Accesibilidad. La que hay en Castilla-La Mancha es de los noventa y quizá ha quedado antigua, pues era una época en la que estábamos más centrados en las barreras arquitectónicas. ¿Qué hay que cambiar?

Efectivamente la ley es muy antigua. ¡Anda que no han cambiado las cosas desde los años noventa hasta ahora! No había smartphones, no navegábamos por internet, los usos y costumbres han cambiado tremendamente. Sí que es verdad que en aquel momento Castilla-La Mancha fue pionera con aquella ley, pero hay elementos que no recoge la ley y es urgente revisarla porque la accesibilidad es una política que ha quedado devaluada, olvidada.

Es importante concebir la accesibilidad como una herramienta de libertad de las personas. Aquí podemos conseguir que la gente estudie, trabaje, que las personas con discapacidad tengan una vida normal, pero la accesibilidad es fundamental para llegar a los sitios, para hacerlo en condiciones de igualdad. 

Hay grandes problemas de accesibilidad en las cinco capitales de provincia, aunque algunas van un poquito mejor. Si descendemos a nuestra Castilla-La Mancha rural, las deficiencias de accesibilidad son tremendas, no se da importancia a la accesibilidad, los ayuntamientos no tienen medios para atender estos temas. A veces vemos que se emprenden obras, llamamos al alcalde o alcaldesa de turno para ayudar y se terminan haciendo mal. Se concibe la accesibilidad solamente como una rampa y hay temas cognitivos, de infoaccesibilidad, de acceso a la tecnología.

La apuesta por la digitalización se aceleró con la pandemia. Puede ser una gran oportunidad ¿pero cómo se está haciendo? ¿se están levantando nuevas barreras?

Efectivamente; las barreras 2.0. El ser humano es capaz de tropezar varias veces con la misma piedra. El tema de la administración electrónica es fundamental. El pasado mandato tuvimos muchos contactos con la Dirección General de Administración Digital para eso, para ayudarles, para que conozcan las experiencias de usuario. En el caso de personas ciegas podemos movernos bien con lectores de pantalla, para las personas mayores, con discapacidad intelectual, pueden tener distintos perfiles para acceder a esa información. Si eso está concebido en la normativa de accesibilidad y se hace bien, puede acceder todo el mundo. 

Con la plataforma de Educamos CLM nos pasó que como se hizo en plena pandemia por razones de urgencia, después salieron problemas de accesibilidad. Con la Consejería de Educación incorporamos personas de nuestras organizaciones, asesores para resolver el problema de accesibilidad y hemos mejorado mucho. Lo ideal siempre es coger los proyectos desde cero.

Casi 300 alumnos se han incorporado a las clases con apoyos de la ONCE. ¿Hay alguna etapa en la que cueste más esa educación inclusiva?

Nosotros  hace ya treinta años resolvimos un debate en la organización de gran profundidad:decidimos educación inclusiva sí, siempre.  Nuestros niños tienen que estudiar en el cole de su pueblo, de su barrio, de su ciudad en condiciones de igualdad. Al final formamos parte de la sociedad. Eso sí, decidimos educación inclusiva, pero con apoyos y ahí es verdad que la ONCE siempre ha puesto recursos. 

La responsabilidad de enseñar matemáticas o ciencias es del Gobierno regional y nosotros asesoramos al profesor para que el niño con discapacidad audiovisual tenga todas sus adaptaciones y sus necesidades cubiertas para que, salvando el tema visual, pueda estudiar en condiciones de igualdad, que dependa de los codos que le eche cada uno. 

Estamos en niveles de fracaso educativo en torno al 9% y el de la población general está por encima del 20%. Algo estamos haciendo bien. Las personas con discapacidad con apoyos suficientes en el ámbito educativo tienen las posibilidades de ser lo que quieran ser.  

Recuerdo un anuncio de la ONCE de hace ya unos años en el que salían dos trabajadores, que hablaban de su formación y su desempeño... y solo al final se descubría que uno de ellos tenía una discapacidad. ¿Les cuesta aún a los empresarios contratar a personas con discapacidad?

A los empresarios les pasa lo mismo que a cualquier persona. Si no conoces la discapacidad, quizá tienes prejuicios. Lo que hacemos es acompañar a los empresarios para que conozcan que una persona que tiene una discapacidad, con las adaptaciones de puesto de trabajo adecuadas, puede rendir igual que cualquier otro trabajador. Aquí no tenemos índices de absentismo laboral desorbitados; somos uno más. Cuando el empresario da el paso y decide incorporar la diversidad en su empresa, verdaderamente todo cambia.  

También es verdad que el que te ayuden y te orienten es fundamental. Inserta Empleo, que es la consultora de empleo de la Fundación ONCE, presta ese servicio de forma gratuita al conjunto de los empresarios. A quien prueba, repite. 

Aquí en Castilla-La Mancha hacemos el co-packing de todos los productos de L'Oréal para toda la Península, lo hacemos de la mano de DHL. Esa cadena de co-packing la cogimos hecha un desastre. Allí están trabajando ahora en la localidad de Quer, en Guadalajara, un montón de trabajadores con discapacidades muy severas, con discapacidad intelectual y enfermedad mental, pero con unas adaptaciones de puesto que les permiten ser los mejores en su actividad. 

El año que viene hay Juegos Paralímpicos. Casi es tradición que a España se le dé mejor que los Olímpicos. ¿Cree que volverá a ocurrir en París y qué parte de culpa tiene la ONCE y el Tercer Sector?

Ahora vemos con normalidad que paralímpicos y olímpicos compitan en las mismas sedes y que haya un tratamiento similar. Nosotros conseguimos que en Barcelona 92, que ya ha llovido, eso fuera así. El apoyo decidido del grupo social ONCE al movimiento paralímpico es mantenido. Acompañamos al deportista en toda su vida, tanto cuando están en activo, con apoyos, becas, y luego cuando acaban su vida profesional, ofreciéndoles también un empleo, que yo creo que es una de las principales preocupaciones que puede tener un deportista de élite. Para París ya está circulando un vídeo precioso, que se llama 'Calentando motores', para poder apoyarles y que vaya bien. Seguro que van a traer un montón de medallas. El mérito, la dedicación, el tiempo, es exactamente igual de un olímpico que de un paralímpico. Lo hacen muy bien y es un orgullo.