La Junta de Castilla-La Mancha tiene clara cuál es su hoja de ruta. Para las comarcas con pueblos pequeños tiene el formato del transporte sensible a la demanda «frente al coche de línea de toda la vida». Señala que el número de viajeros aumenta cuando se flexibilizan horarios, rutas y «damos poder a la gente para poder elegir dónde y cuándo, que parece más un taxi que un autobús, pero le cuesta como un billete de bus y no como un taxi».
Tan convencidos están con esta fórmula que incluso han llegado a un acuerdo con la UCLM para crear una Cátedra Institucional de Transporte Sensible a la Demanda para hacer investigación, formación y divulgación. Fomento dotará a la Universidad de 40.000 euros cada ejercicio durante tres años y los trabajos recaerán en la Escuela de Caminos.
Además Hernando avanzó cuál es el calendario que tiene por delante con el transporte sensible a la demanda. En otoño renovarán el programa en la Serranía Alta de Cuenca y lanzarán el de la Serranía Baja. Para finales de 2025 y principios de 2026 lo pondrán en la zona de Molina de Aragón y renovarán el de la Sierra Norte de Guadalajara. A comienzos del próximo año se lanzará en la Sierra del Segura y en febrero se renovará el del Campo de Montiel. Para la comarca toledana de la Jara llegará a lo largo de 2026.
Hernando explicó que mucho de estos servicios permiten enlazar estos pueblos con otras localidades más grades, que a su vez están contectadas por líneas de autobuses con capitales o ciudades. Dice que es algo que «el Ministerio tendría que tener en cuenta a la hora de evaluar la viabilidad de todas las rutas de transporte que son su competencia».
Al respecto, avanza que esta semana habrá reuniones con el Ministerio sobre el mapa concesional. Avisa de que quieren «deshacerse de la responsabilidad de trayectos dentro de la misma comunidad autónoma». Hernando confirma que a Castilla-La Mancha no le importaría hacerse cargo, pero si viene con financiación.