«A mi la gente me ve como el típico 'cuñao' gracioso, el paisano»

I.P.NOVA
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Leo Harlem. - Foto: Reyes Martínez

A caballo entre sus dos ciudades, Madrid y Valladolid, Leo Harlem hizo una parada en la noche de ayer a las orillas del Huécar. La única de las capitales de provincia que le quedaban por visitar en esta gira. El público le acogió con los brazos abiertos, antes incluso de subirse al escenario, agotando las entradas de sus dos funciones en un tiempo récord. Mientras que planchaba su camisa, y la de su compañero de escenario Sergio Olalla, Leo Harlem atendió a la Tribuna de Cuenca, justo antes de subirse al escenario.
 
Nunca antes había actuado en la Cuenca, parece que el público le ha recibido como se merecía, agotando las butacas, ¿ilusión o responsabilidad?
 
Ambas cosas; tengo mucha ilusión, tengo un vínculo con Cuenca, la familia de mi chica es de aquí y descubrí hace relativamente poco que la familia de mi abuelo también era de Cuenca. Teníamos muchas ganas de venir aquí y encima éxito en taquilla, ¿qué más se puede pedir?.
 
Fuera de la gira, ¿había estado antes en Cuenca? ¿visitará la ciudad? ¿qué espera de ella?
 
Es la primera vez que estoy en la ciudad, pero no puedo quedarme a visitarla. El lunes tengo que grabar en televisión; venimos, estamos un ratito, hacemos el bolo y mañana nos vamos tempranito... la ley de vida del comediante.
 
El show que representará se llama ¿Qué hay de nuevo?, ¿qué tipo de espectáculo van a ver los conquenses esta noche?
 
Durante el show primero sale Sergio, que es un ‘crack’, y luego salgo yo y cuento algunas cosas que no se han grabado en televisión. Es una hora y cuarenta minutos que la gente se ‘escacharra’.
 
Cuando se sube al escenario, mucha gente se identifica con sus palabras, ¿habla desde la experiencia personal?
 
Si, muchas cosas están basadas en lo personal, yo escribo de lo que yo conozco; no puedo hablar de la Play Station porque no tengo, ni juego, ni quiero. Hablo de cosas que me afectan a mi, lo que es mi vida, para que sea creíble. 
 
Se ríen con sus monólogos desde los más pequeños a los más mayores, ¿cuál es la fórmula de este éxito?
 
La clave del humor nuestro es que es muy familiar. A mi la gente me ve como el típico ‘cuñao’ gracioso, el paisano. Ese es mi personaje, además yo soy así.
 
Originariamente es de León pero está afincado en Valladolid, y por lo que sabemos seguidor incondicional de su equipo local, aun siendo futbolero en sus monólogos apenas cuenta chistes relacionados con ese tema, ¿miedo a la afición rival?
 
Yo soy fan del Valladolid, les hice un par de campañas que la verdad funcionaron bastante bien. El fútbol es muy complicado, puedes hablar de la selección, de Manolo el del Bombo, o de Iniesta pero siempre desde el respeto. La gente se enfada mucho, hay algún equipo con el que te puedes meter, pero hay otros, uno en concreto, al que no puedes tocar.
 
Aun así, los temas de sus monólogos son de lo más variados, desde viajes, fiestas de los pueblos o la juventud, ¿hay que sacarle chispa a todos los temas de actualidad, o hay que tener especial cuidado y guardar las formas con alguno?
 
Yo no toco nada la religión ni la política, porque considero que no es mi campo. Yo hablo de cosas cotidianas, de lo nuestro, de nuestra vida. Y hay muchos temas, la ‘tontuna’ se está extendiendo de una manera... Nos lo estamos poniendo muy fácil.
 
Trabajó con el Castellano Manchego José Mota, su humor en el programa en ocasiones es una caricatura de las partes más rurales de esta zona de España, ¿aprendió mucho trabajando con él durante esa etapa?
 
Es un cómico buenísimo, imita, canta pero luego yo me metí en el proyecto El club del chiste y me fue muy bien y tuve que abandonar. He aprendido mucho de él.
 
Desde actuaciones encima de un escenario como la de hoy, pasando por la tele y la radio, ¿qué medio le gusta más?
 
Las actuaciones en directo, también me gusta mucho la radio. La televisión está muy bien, pero para humor se hace un poco pesado, el repetir tener que volver a coger la chispa. Pero hoy, aquí, hacemos la actuación, la gente se parte el pecho y perfecto, además la gente ve que es algo real. Lo que realmente me gusta es no hacer nada, pero no se puede.
 
Hablando de televisión, muchos le comenzaron a conocer con sus apariciones en El Club del Chiste, ¿dónde se aprenden todos estos chistes? ¿son de cosecha propia? ¿qué prefiere los chistes o los monólogos?
 
Yo se muchos chistes, lo que pasa es que nunca los contaba. Pero me llamaron para el proyecto, había algunos chistes que me los daban ellos, y solían ser muy largos porque yo me desenvuelvo muy bien en ese campo.
 
A todo el mundo le entra la risa durante sus intervenciones, al fin y al cabo es a lo que vienen, ¿nunca le ha resultado contagiosa? ¿no le resulta difícil aguantar la carcajada en algunos momentos?
 
Casi siempre pasa, cuando actuó con Sergio nos reímos en la despedida conjunta. Ayer mismo una mujer tenía una risa muy contagiosa, y era inevitable. Eso es lo bonito del espectáculo en directo, no hay trampa ni cartón.
 
Hablamos de Sergio, tu compañero en la noche de hoy, ¿algo que decir de él?
 
Un fenómeno, el espectáculo no es algo cerrado, el aporta su texto yo hago el mío y después hacemos una despedida conjunta. La gente sale ‘escacharrada’ de la risa.
 
Cuales son los proyectos para el 2014 de una persona tan inquieta, ¿más televisión? ¿teatro? ¿o tal vez un descanso de tanto ‘curro’?
 
He grabado un programa para Antena 3, que sale el próximo viernes, se llama Me resbala. También un especial de nochebuena para la primera, que se llama Se hace saber, con Goyo Jiménez, Berta Collado, y de ahí va a salir una serie todos los viernes. La intención es seguir trabajando, escribir un libro, plantar un árbol. Lo que me manden, yo soy un ‘mandao’.