Benjamín Prieto será el único candidato que opte a manejar las riendas del Partido Popular de Cuenca durante los próximos cuatro años. Después de muchas idas y venidas y de innumerables reuniones en los últimos días entre afiliados de la formación y cargos orgánicos, finalmente no habrá opción alternativa a la del actual presidente provincial, que rige las riendas del partido desde 2012.
De esta forma, según puede adelantar La Tribuna, salvo sorpresa de última hora y de un giro radical de los acontecimientos, la candidatura de Prieto será la única que concurra al congreso provincial de los populares, que se celebrará el próximo 10 de julio. Ahora bien, hay que recordar que el plazo se cierra de forma definitiva a las dos de la tarde de mañana, y que hasta entonces puede aparecer en escena algún outsider. No en vano, insistimos, esa opción es muy remota.
En este sentido, hay que destacar que Prieto ha llevado a cabo este miércoles su puesta de largo de forma oficial en un acto público, tal y como ya avanzó él mismo en este diario. En ese encuentro con simpatizantes y medios de comunicación, el candidato a la reelección ha anunciado que ha recolectado más de 900 avales que apoyan su candidatura.
El comité organizador del congreso está presidido por el senador y alcalde de Las Pedroñeras, José Manual Tortosa. El cónclave popular se celebrará en sesión vespertina y en un lugar que todavía está por determinar merced a la evolución de la pandemia. Contará con una ponencia dedicada a la situación política y otra sobre los estatutos de la formación.
Hay que recordar que el último congreso provincial, el decimoquinto, tuvo lugar el 20 de mayo de 2017 en el Paraninfo de la Universidad de Castilla-La Mancha, y en él fue elegido como presidente Benjamín Prieto. El entonces también máximo responsable de la Diputación contó con prácticamente el 99 por ciento de los votos. De los 387 sufragios emitidos, 381 respaldaron su candidatura, la única que se presentó, mientras que cuatro fueron en blanco y dos nulos. Prieto estuvo arropado por cerca de 400 compromisarios además de, por aquel entonces, dos ministros, el de Justicia, Rafael Catalá, también diputado nacional por Cuenca, y la de Defensa, María Dolores de Cospedal, a su vez presidenta del PP castellano-manchego.