Isidoro Gómez Cavero tiene claro qué línea no va a cruzar «por mucho que me presionen». «Voy a cumplir lo que prometí a mis votantes, entre los que hay azules, rojos, verdes y morados», subraya el líder y alma máter de Cuenca nos Une en referencia a las palabras del PP pidiéndole que «actúe» por lo que está pasando a nivel político en el país. «Los intereses partidistas de unos u otros e incluso mi ideología, que es conservadora, no son nada al lado de los intereses de Cuenca, que están por encima de cualquier otra cosa», asegura a La Tribuna.
Va más allá y explica que él no participa del «juego de la política» ni quiere trasladar eso al Ayuntamiento. «Por pura política, no voy a pegar un volantazo en una institución que tiene un compromiso pactado y firmado, de la mano de la Junta, con unos objetivos y unas metas muy bien definidas para la ciudad», asegura convencido. «Puedo tener mi ideología propia y manifestarla votando en una moción que no influye en nada en la gestión del Ayuntamiento o acudiendo a título personal a una manifestación, pero Cuenca está muy por encima de todo eso y yo me debo a que esta agrupación tire de la acción municipal por el bien de la ciudad».
Es más, pone el foco en que Cuenca nos Une «no es solo Isidoro Gómez Cavero, es un grupo de gente entre los que hay de derechas y de izquierdas, con ideologías distintas, pero con una única meta que es luchar por esta ciudad». De hecho, asume que sería un «fracaso personal y colectivo que tuviera que hacer una maniobra de aquí a un año o año y medio porque no se han conseguido los propósitos, por lo que intentaré por todos mis medios y trabajo, de la mano del Gobierno regional, que es la madre de todos los corderos, que se materialicen».
Gómez Cavero hace hincapié que tanto en el primer pacto de gobierno hace cuatro años como en el último, todas las metas a conseguir «están por escrito». «Nos presentamos para que Cuenca, que ha sido la gran olvidada por la Junta, atrajera unos proyectos que hicieran justicia con nuestra ciudad; hablé con García-Page y pusimos sobre la mesa cuatro apartados: hospital, que está prácticamente acabado; los remontes al Casco Antiguo, que de momento están en papel y creo que van a empezar las obras; el palacio del congresos, que iba a ir en la entrada pero la rotura de la red de saneamiento lo paró todo; y la Autovía del Júcar». «Casualmente» –incide–, «estos son los proyectos que hoy están en el candelero y en torno a los que se debate».
De ahí el cacareado plazo al PSOE municipal, que fija a principios del próximo verano. Un año desde que se tomó posesión. «Eso no quiere decir que en junio vaya a cambiarlo todo, simplemente que valoraré los pros y los contras de las cosas, así como el camino recorrido», añade el máximo responsable de la agrupación de electores que sentencia lanzando un aviso a navegantes: «Da igual la presión que ejerzan, formo parte del equipo de Gobierno de forma activa para impulsar que todo salga adelante y esa es la única realidad por ahora».