La 'Máxima' del borracho

R.L.C.
-

La demanda por degustar el dulce artesanal seña de identidad de la ciudad de Tarancón aumenta durante los meses de verano.

Luis Miguel y Julián Herrero, de Bollería Máxima, bisnietos de la taranconera que en 1905 empezó a realizar los borrachos que desde hace décadas forman parte de la cultura gastronómica de la provincia. - Foto: RIÁNSARES L.C.

En plena autovía Madrid-Valencia, nudo de comunicaciones entre tres provincias y dos comunidades autónomas, Tarancón es visita obligada por muchos motivos. En el verano se multiplica el número de personas que deciden desviarse para degustar sus típicos borrachos, uno de sus tesoros gastronómicos que en el último siglo se ha afianzado como toda una seña de identidad de la centenaria ciudad.

«Igual como Navidad los meses de verano son una época fuerte, la gente regresa a ver a la familia o a su casa del pueblo de veraneo y vienen a por los borrachos, de municipios de toda la comarca, se los llevan por docenas», corrobora Luis Miguel Herrero, que junto a su hermano Julián, regenta el establecimiento Bollería Máxima, junto al antiguo Palacio de los Duques de Riánsares, en pleno casco histórico de Tarancón. Su bisabuela, Máxima Ocaña, empezó a realizar en 1905 una receta de este dulce artesanal tan esponjoso cuya fama desde entonces no ha dejado de crecer. En el archivo municipal se conservan escritos de la reina María Cristina de Borbón (1806-1878) en los que ya pedía que alguien de Tarancón le mandará borrachos. «Mi bisabuela lo que hizo fue adaptar la receta antigua y para aportar a la economía familiar, tras probar a venderlos casa por casa, decidió hacerlo también en el apeadero del tren de la línea Madrid-Valencia, lo que ayudó a extender la fama de los borrachos de Tarancón», cuenta su bisnieto Luis Miguel. 

Así empezó la historia viajera de los borrachos, que esta plagada de anécdotas y curiosidades. «Aquí van venido a por borrachos para enviar a alguien que estaba con el Ejército en Afganistán, para una conquense que trabaja en un hotel en República Dominicana... Cuando un taranconero quiere tener un detalle con alguien sabe que con ellos acierta, los pedidos y encargos de fuera no paran... Está muy extendido», comentan desde Bollería Máxima, donde a la semana se elaboran artesanalmente más de 3.000 borrachos.  

El nombre del borracho no viene porque lleve alcohol, sino porque el azúcar humedece el interior creando un almíbar delicioso.El nombre del borracho no viene porque lleve alcohol, sino porque el azúcar humedece el interior creando un almíbar delicioso. - Foto: RIÁNSARES L.C.Aunque también se venden, por su puesto, en otros establecimientos, en éste de la calle Duque de Riánsares es habitual ver colas de espera para comprarlos, se sirven calientes directamente al papel, y el cobro al público sigue siendo pasadas cuatro generaciones a mano. «Podría cambiar la fórmula, añadir conservantes, embolsarlos, y tener todos los borrachos del mundo, entonces no habría cola, ni gente que a veces viene y ya no hay, pero queremos garantizar que el producto es diario, recién hecho y prácticamente manual», dice Herrero.

El manjar de un auténtico borracho de Tarancón es directamente proporcional a que su proceso de elaboración sea totalmente artesanal. En Bollería Máxima, donde se venden otros dulces, y salados, su preparación empieza entre las tres y las cuatro de la mañana. Desde hace 40 años cuentan con un horno que garantiza que el borracho se haga rápido por fuera y siga estando tierno por dentro.

Con ingredientes tan sencillos como harina, huevos, aceite, agua, leche, azúcar o levadura fresca, el secreto está en el mimo que se pone en cada paso. Su nombre no es porque lleve alcohol, o por la fama de que en Tarancón muchos lo consumen, sino porque -apuntan los herederos de Máxima Ocaña- el azúcar que se pone dentro de este dulce se convierte en almíbar en su interior, se derrite con la humedad del borracho al cocerlo deprisa. 

Un doblez delicioso húmedo por dentro y tostado por fuera con una cremosidad única. El borracho es, sin duda, todo  un embajador a la hora de promocionar Tarancón, es parte de la cultura gastronómica de la provincia, que se comparte más si cabe en estas fechas.