"La novela criminal tiene elementos para animar a la lectura"

José Luis Enríquez
-

Más negro que nunca y con la ilusión del primer día, el director del Festival Internacional de Las Casas Ahorcadas subraya que una de las razones del éxito es "la enorme cercanía que hay entre autores y lectores"

Sergio Vera, director del club de lectura Las Casas Ahorcadas - Foto: Reyes Martínez

Hay personas que cada día tratan de hacer la cosas de la mejor manera y sin perder la sonrisa. Una de ellas es Sergio Vera (Cuenca,1986), director del Festival Internacional Casas Ahorcadas, quien celebra la décima edición de una cita cultural que convertirá a Cuenca en capital de la novela negra entre los días 3 y 6 de mayo.  

Una veintena de escritores, entre ellos Dolores Redondo, Lorenzo Silva o Víctor del Árbol se darán cita en un festival que este año abrirá el autos francés Bernard Minier, que recibirá el Premio Tormo-Masfarné 2022 por la novela Una maldita historia y que pronunciará el pregón inagural. Vera habla con agradecimiento de todas las personas que colaboran en hacer realidad un sueño que comenzó en 2010, de su pasión por la lectura y los videojuegos, así como  de los escritores que acuden al festival y con los que guarda una estrecha relación. Además, este año cumple con otro  anhelo personal, regalar a su padre la presencia del escritor gallego Manuel Rivas en el festival. 

Una década del Festival Internacional de Las Casas Ahorcadas dan para mucho. Imagino que esta edición es muy especial…

Es especial en todos los sentidos. Es especial porque se cumplen 10 años y es especial porque en el último año se han quedado amigos por el camino y sirve para homenajear a Domingo Villar y Alexis Ravelo así como para retomar algunas actividades que habían quedado pospuestas del año de la pandemia como va a ser el reencuentro con la escritora Dolores Redondo.

¿Ese homenaje a Domingo Villar y a Alexis Ravelo será tan emocionante como ellos emocionaban a sus lectores a través de sus libros?

Sí, porque nos quedamos a cuadros cuando nos enteramos de sus fallecimientos. Con Villar nos quedamos muy impactados porque primero había quedado en coma y luego falleció a los tres días. Fue un shock. No teníamos forma de llegar a la familia y precisamente a través de un artículo que se publicó en Voces de Cuenca que les llegó, no sé como, se pusieron en contacto conmigo. Buscaron el teléfono en el móvil de Domingo y me llamó su hermano. Eso fue en junio del año pasado, a las pocas semanas del fallecimiento. Le dije que me gustaría hacerle un homenaje este año y me comentó que contáramos con ellos. Así que será una cosa muy bonita porque era una persona muy querida, un autor muy bien valorado, y será muy especial porque viene su familia. 

¿Y con Alexis Ravelo?

En el caso de Alexis, otro tanto. Dos semanas antes de fallecer había estado charlando con él por la idea de hacer un homenaje por los diez años y de su novela La estrategia del pequinés, que igualmente se ha tenido que convertir en un homenaje póstumo y vamos a hacerlo con el director que llevó esa novela al cine y con una de sus mejores amigas.

¿Cómo recuerda está aventura que ya tiene una década?

Es curioso porque el proyecto del club de lectura de las Casas Ahorcadas nace del entusiasmo que me produjo acudir a la Semana Negra de Gijón en 2009 y cuando en 2010 en la Feria del Libro de Cuenca, a la que me había llevado a algunos autores con los que había hecho amistad, como Jerónimo Tristante. Me propusieron crear el club de lectura y desde el minuto uno en que empiezo con el club de lectura en octubre de 2010 ya intenté organizar un festival. Pero no tuve apoyos hasta el tercer curso. Fue gracias a Marta Segarra, a la que me gustaría agradecérselo públicamente. Empezamos con diez autores como Víctor del Árbol o Jerónimo Tristante, gente que después ha llegado muy lejos. Lo recuerdo como un sueño hecho realidad.

¿También hay espacio para la autocrítica? ¿Se plantea cosas que podrían haber salido mejor?

Pues muchas cosas… Siempre me queda el resquemor o la espinita de que nunca consigo un presupuestos necesario para poder pagar a los autores. Siempre digo, y lo sigo cumpliendo, que yo soy el último en cobrar y que trato a todos los autores por igual. Trato por igual a Dolores Redondo que a un autor que sea su primera novela. ¿Cual es mi asignatura pendiente? Tener un presupuesto y profesionalizarlo todo.

Sin embargo, este festival se ha abierto paso entre eventos importantes de la talla de los de Getafe, Barcelona o Gijón.

Sí. Y una prueba de ello es que formamos parte del premio Paco Camarasa, donde estamos los principales festivales, y si se mira el presupuesto, el nuestro comparado con el de los demás es 20 ó más veces inferior. Hombre, Barcelona cuando trae a Don Winslow lo llena. Pero nosotros tenemos una media de público mayor que Getafe y otros festivales con mucha solera. Somos modestos en medios pero se crea un clima y una cercanía que hace que los autores que vienen quieran volver. Nuestra mejor carta de presentación es esa.

¿La raíz del éxito del festival las Casas Ahorcadas está en esa simbiosis entre escritores y lectores?

Sí, totalmente. Esto surge de lo que yo viví en la Semana Negra de Gijón a partir de 2009 en que los autores me acogieron como uno más y yo quise traer esa horizontalidad a Cuenca, que no fuera como una feria en la que te sirven el libro y ya está. El hecho de que se sustente en un club de lectura hace que haya un público fiel y que ha leído a esos autores, los conocen y se venden un montón de libros.

La edición de este año comienza por todo lo alto, con Bernard Minier y Dolores Redondo. Casi nada…

Sí, así es. Parece que a nivel nacional tiene más nombre Dolores Redondo, y es así, pero Minier es a nivel internacional. Ha sido también consecuencia de estos contactos y me gustaría agradecérselo a Laura Muñoz, que es la representante de Bernard Minier en España, que es amiga mía, y ya en su momento hizo posible que en 2020 comentáramos por Skype la novela Una maldita historia y la que ha movido todos los hilos para que esté aquí y gracias también a la editorial Salamandra porque va a venir a promocionar una novela ambientada en España, que se llama Lucía, y que va a salir el mismo día en el que va a estar en el festival, el día 4 de mayo.

¿Y en cuanto a Dolores Redondo?

Surge en la boda de Víctor del Árbol en 2017. Me lo prometió ahí la encargada de la agenda de Dolores Redondo y por fin ahora, con permiso de la pandemia, y si no pasa la tendremos en Cuenca.

La nómina de escritores que vienen es impresionante. Lorenzo Silva, Mikel Santiago, César Pérez Gellida, Manuel Rivas…

Lo que más miedo me da es que se me estropee el móvil porque tengo a todos en la agenda y si se me rompe el móvil no sé que voy a hacer (sonríe)… Siempre digo, cuando tengo la oportunidad de presentar a Lorenzo Silva, que es un placer porque era mi sueño de adolescencia. Que pueda llamar amigo a alguien así y que siempre ponga el 500 por cien para encajar para venir es increíble. En la mayoría de los casos es sorprendentemente fácil porque la gente es sorprendentemente accesible.

Una de las novedades de esta edición son los videojuegos. ¿Es un recurso para atrapar lectores?

No sé si es el recurso pero sí sé que es el recurso que debemos intentar usar. Y lo digo en primera persona. Parece que es incompatible lo de la lectura y los videojuegos, que son mis dos grandes pasiones. Estoy al mismo tiempo con un proyecto de accesibilidad a la lectura que se llama Videociegos, y colaboro con Play Station y Xbox, entre otras empresas, que hace que venga a la feria Daniel Sánchez, coordinador en España del proyecto Playstation Talent, de Sony, y que entre en contacto con Santiago Bustamante [responsable del programa Fallo de Sistema, de Radio3]. Bustamante hablará del proyecto Play Narration, que hace un homenaje a la empresa de videojuegos Péndulo Estudios. De pequeño me atrajo mucho un juego de Blade Runner y eso me llevó a ver la película y a leer la novela. Si a eso le sumamos este género de las aventuras narrativas que no deja de ser la evolución de los libros de elige tu propia aventura es una forma de llegar a la narrativa desde lo interactivo para tratar de acercarlos luego al cómic o al libro. 

¿Son compatibles los videojuegos y la lectura?

Hay muchos prejuicios. Es muy políticamente correcto decir que te gusta leer y es muy políticamente incorrecto decir que te gustan los videojuegos. Este camino va en dos direcciones. Colaboro con la Revista HobbieConsolas dentro del proyecto videociegos y acabo de mandar un análisis sobre un juego de Xbox que es como un manuscrito, es todo texto, y parece En Nombre de la Rosa. Si juegas te has leído más letras que si hubieras leído un libro.

¿Por qué la novela negra no pasa de moda?

Hay muchos prejuicios desde el ámbito académico… La novela criminal tiene elementos que la hacen ideal para animar a la lectura. En primer lugar, en origen era un género popular, que lo que pretendía era entretener. Pero ahora ha ido a más, porque a medida que se ha incorporado el componente social, de crítica social, permite trabajar también la reflexión y el pensamiento critico. Ya no es literatura menor. Ahora ya la cultiva gente como Antonio Muñoz Molina, Patrick Modiano, Domingo Villar, Víctor del Árbol… Ya es hora que, sin desmerecer el valor del entretenimiento, se le dé el valor literario que hay gente que todavía le niega. Son libros que están entre los más vendido, porque es lectura muy adictiva, pero al mismo tiempo tienes ahí a Javier Marías haciendo novelas de espionaje. 

¿Qué es lo que no debe faltar en una buena trama? ¿Tal vez ese componente social del que habla?

Va en gustos, pero a mí me gusta que no sea sólo entretenimiento. Acabo de terminar Hermanas, de Bernard Minier, y al mismo tiempo que introduce una trama con giros hasta el final reflexiona sobre la condición humana y la sociedad. No sólo el crimen permite entretener sino poner sobre la mesa poner un montón de temas.

¿Estará de acuerdo con que hay novela negra para rato en Cuenca y que queda mucho por contar?

Ya estoy pensando en el año que viene y en cómo mantener el listón. Siempre hay temas que te vas dejando en el tintero, como la no ficción, el true crime. Manuel Marlasca lleva años llevando en la tele la camiseta de las Casas Ahorcadas y finalmente, por h o por b, al final no ha venido. Durante el confinamiento dedicamos un curso a la novela negra histórica y tenemos pendiente abordarla en el festival, así como volver a traer a gente como Jerónimo Tristante o Luis Zueco. Lo bueno que tiene el género negro es que hay muchas vertientes. El año pasado leímos espionaje y trajimos a El Lobo, y este año leemos sobre mafias. Todo es cuestión de complicarse lo suficientemente la vida para profudizar en estos subtemas y seguir trayendo gente interesante.