El Gobierno de España lo tiene meridianamente claro. El futuro no pasa por el tren convencional, ya que es una infraestructura diseñada «acorde a los parámetros de trazado de mediados del siglo pasado». La compleja orografía del territorio conquense impide el desarrollo de grandes velocidades, y por eso seguirá siendo una línea «ineficiente» con independencia de la inversión que se realice. Según los datos que facilita el Ejecutivo, el tiempo de viaje entre Madrid y Valencia en tren es de siete horas, cuando en AVE ese intervalo se reduce de forma significativa a una hora y cuarenta minutos. El Ministerio de Transportes esgrime que la actual línea ha quedado «obsoleta» al ser de vía única, con unas curvas con un radio de entre 400 y 500 metros que no permiten tener una velocidad mayor a 60 kilómetros por hora, y una inclinación de unos 18 milímetros, lo que tampoco facilitaría el transporte de mercancías en grandes cantidades.
Más allá de subrayar que el autobús «tiene tarifas y tiempos similares o incluso mejores que el tren convencional», el proyecto XCuenca pone el foco en la «baja accesibilidad» de algunas estaciones de esta línea. Es el caso de las de Cardenete, Víllora o Cañada del Hoyo, por ejemplo, ya que hay entre dos y tres kilómetros de distancia entre ellas y el centro de esos municipios.
Tren versus AVE. El proyecto integral de movilidad propuesto por el Ejecutivo central confronta en su argumentario las características generales del tren convencional con las de la Alta Velocidad. En el primer caso, el Ministerio de Transportes centra su mira en que existen tres servicios diarios por sentido declarados como Obligación de Servicio Público (OSP), mientras que la línea AVE cuenta con 15 servicios al día por sentido, cuatro de ellos declarados como OSP.
Si la demanda de la línea de Alta Velocidad Madrid-Cuenca-Valencia es de 293 viajeros por tren, la del convencional que une Aranjuez y Utiel se queda únicamente en 37 pasajeros, 17 en el tramo más cargado. De esta forma, desde el Gobierno se destinan a compensar estos servicios casi diez millones al año por los 90.000 euros que se emplea en la Alta Velocidad. De esta forma, la compensación por cada viajero en el primer caso es de 123 euros, y en el segundo es de poco más de once euros.