«Es necesario detener la deriva de los grandes partidos»

Leo Cortijo
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El candidato de +Cuenca Ahora considera que «los políticos que nos gobiernan están más desatados y son más inútiles que hace cuatro años»

«Es necesario detener la deriva de los grandes partidos»

El movimiento de la España Vaciada encuentra su eco en estas elecciones municipales a través de +Cuenca Ahora, cuyo candidato, Dámaso Matarranz (Madrid, 1971), se muestra «convencido» al asegurar que su fin es «negarse a aceptar la propuesta de vida» que realizan los partidos hegemónicos. Apuntala su argumentario en cuatro pilares: «Empleo, alianza territorial, gobernanza útil y desarrollo urbano sostenible».

¿Quién es Dámaso Matarranz y por qué se presenta para tomar las riendas de Cuenca?

Dámaso Matarranz es un vecino de Cuenca, de profesión arquitecto, que se presenta a las elecciones municipales porque entiende que es absolutamente necesario detener la deriva a la que nos someten los partidos que tradicionalmente han gobernado esta ciudad, para animar a la gente a que sea responsable con sus vidas, que tome las riendas de su destino y tengan una oferta en las urnas diferente con un compromiso de sumar a todos los vecinos en una acción transformadora. Nos negamos a aceptar la propuesta de vida que nos hacen y me veo movido con todo deseo y compromiso de resolver estos problemas.

¿Cuál es la hoja de ruta en caso de tomar el bastón de mando?

Nuestra estrategia de cambio se construye sobre cuatro pilares. En primer lugar, la creación de empleo y es que esta ciudad solo puede defenderse con una generación intensa de actividad económica. En segundo lugar, alianza territorial, construir una red de relaciones propias de la ciudad con su territorio y, a más gran escala, incardinarnos con un eje económico con Madrid y Valencia. Tercer punto, una gobernanza útil para el ciudadano, con servicios pensados en él y resolver los problemas que nos atenazan, ser transparentes, ver en el otro un aliado y no un enemigo, superar el lenguaje y los métodos obsoletos de esta gente, que está harta de poder y ha perdido el norte. Y por último, un desarrollo urbano sostenible, con una Cuenca más cercana y más sana. 

¿Qué experiencia ha sacado de estos cuatro años en el Ayuntamiento?

Es un aprendizaje en primera persona absoluto. Hace cuatro años me moví para influir desde arriba porque había experimentado que desde abajo es imposible, y el aprendizaje fue salvaje, sobre todo al reconocer cómo son los mecanismos realmente de decisión, cómo hay un oscurantismo máximo. De la enorme decepción de cómo se gestionaron, dos conclusiones: en la vida se pueden cometer errores pero éstos sirven de palanca de aprendizaje para el cambio, porque si no, no habría dado este paso.

¿Cómo se apela de nuevo al conquensismo que hace cuatro años se movilizó en masa?

Pidiéndoles que, por favor, se detengan y abran la mirada y verán como no hay más remedio que movilizarse incluso en la desesperanza que hay... Incluso ahí, cuando peor van las cosas, no queda otra que encontrar el núcleo duro de la persona, que tiene que ser la creencia de que no hay por qué aceptar la miseria, que se puede construir riqueza y que eso lo tenemos que hacer nosotros. Yo ya me moví hace cuatro años por este deseo, lo sufrí en primera persona y la respuesta que encontré es que tengo que dar lo mejor de mí para solucionarlo. O te movilizas o te dominan.

Estos cuatro años de alineación cromática, ¿han sido positivos para la ciudad?

De forma breve, hoy estamos mucho peor que hace cuatro años. Los políticos que nos gobiernan están más desatados, han perdido el respeto democrático a todo el mundo y son más incapaces e inútiles que hace cuatro años. La alineación de planetas no era más que el recurso estúpido del que no tiene nada que ofrecer. La única alineación posible es la de los ciudadanos de Cuenca. Los grandes partidos tienen que pasar al banquillo en esta ciudad, y los teóricos suplentes tenemos que saltar al terreno de juego. Es la única alternativa que tiene esta ciudad y no me voy a cansar de pelear para que esto sea así.