Un total de 167 toneladas de aceite vegetal usado se recogieron desde el año 2010

Antonio Gómez
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José Antonio Alonso, gerente de Sercampo. - Foto: Reyes Martí­nez

 El Consorcio de Medio Ambiente de la Diputación provincial de Cuenca, en colaboración con la empresa Sercampo, puso en marcha en noviembre de 2010 la recogida de aceite vegetal usado y desde entonces se han obtenido un total de 167 toneladas, 47 de ellas en lo que llevamos de 2013. Estos datos han evitado la contaminación de 167 millones de litros de agua y la emisión de 221 toneladas de CO2 a la atmósfera al transformar el aceite usado en biodiesel al reducir el consumo de  petróleo.   
El diputado de Medio Ambiente,  Luis Loeches, hizo hincapié  en que se trata de un  «proyecto pionero por el que desde la Diputación Provincial hemos apostado desde el primer momento. Para nosotros, como no podía ser de otra manera, el respeto al medio ambiente es un prioridad y la concienciación de su cuidado a todos los ciudadanos también».
No dudó en decir que ajustarse a la realidad de las necesidades de cada municipio ha sido también uno de los objetivos de este servicio, «ampliando el número de contenedores según las necesidades detectadas en cada lugar». 
Por su parte, el gerente de Sercampo, José Antonio Alonso, hace un balance muy positivo ya que hay que tener en cuenta «que el proyecto de contenedores de la provincia de Cuenca es pionero a nivel nacional al ser la única provincia de toda España con una implantación 100 por cien de contenedores de aceite vegetal usado en todos los municipios».
En la actualidad hay un total de 289 contenedores, de lo que en Cuenca capital hay instalados 18 y en la provincia 271 repartidos por todos los municipios de la misma aunque está previsto aumentar su número. Uno de los objetivos que se han propuesto para 2014 es mejorar de forma continua el servicio de recogida con más puntos y de esta manera potenciar la sensibilización con campañas. 
Todo ello «con la intención de ir aumentando la cantidad  de aceite recogido en beneficio directo de nuestro medio ambiente y muy especialmente de nuestros ríos». En el año 2010 había un total de 10 contenedores pero ese número aumentó hasta los 289 al año siguiente y es el número total que hay sumando los que hay en la capital y en la provincia. La recogida de aceite vegetal usado va en aumento año tras año y es que en 2010 se recogieron 11 toneladas, en 2011 había 53, en 2012 un total de 56 y «este 2013 llevamos alrededor de 47 toneladas».
 
rutas de recogida.  Alonso explicó respecto a cada cuánto tiempo se recoge el contenido de los contenedores que desde que se puso en marcha el sistema se han estado diseñando unas rutas de recogida. Éstas «van variando en función de los datos estadísticos de llenado de cada uno de los contenedores de los municipios que conforman la ruta, por lo que no hay una misma frecuencia para todas las rutas. En algunas  la frecuencia puede ser una vez al mes». 
Hace hincapié en que la recogida del aceite vegetal usado tiene muy buena aceptación y eso significa que queda «demostrado que el ciudadano cuando dispone de medios e información responde de forma positiva y especialmente en temas medioambientales». Especial importancia tiene la disponibilidad de medios accesibles de forma cómoda a la gente por lo que «es responsabilidad de la administración aportar estos medios para que los ciudadanos, como han venido demostrando hasta la fecha, respondan de forma satisfactoria».  
Durante su intervención agregó que no cabía la menor duda que si en algunos puntos se dispusieran de «mayor número de contenedores se podría mejorar la recogida y por ende los resultados medio ambientales asociados». Todo el aceite se recicla, pero es muy importante el correcto uso de los contenedores para poder garantizar un total reciclaje.
 En algunos casos «se utilizan los contenedores de aceite vegetal para verter aceite mineral usado (aceite de los motores) siendo este un residuo peligroso y que contamina el aceite vegetal usado vertido en los contenedores por los usuarios, destruyendo el trabajo de reciclaje». 
Como ocurre en el resto de  contenedores pues también es habitual encontrar dentro todo tipo de «impropios como ropa, zapatos, plásticos, aceites minerales, etcétera». 
Alonso ha hecho un llamamiento a los ciudadanos para que no arrojen otro tipo de aceites en los contenedores «porque destruirán el trabajo del resto de personas que reciclan de forma correcta». De la misma forma hoy en día existe una gran distribución de contenedores de recogida selectiva todos ellos específicos para cada residuo. 
Por tal motivo, lo que «pedimos a los usuarios que en el contenedor naranja únicamente se arrojen botellas de plástico de aceite vegetal usado, de esta forma se garantizará al 100 por cien el reciclado de este contaminante residuo».
 Hizo hincapié en decir que el motivo en elegir ese color para esos contenedores no fue otro que escoger una gama que no  fuese utilizado en sistemas de recogida selectiva ya que estaba el amarillo para el plástico, verde para el vidrio y el azul para el papel.
 
El gerente de la empresa Sercampo, José Antonio Alonso, avanzó que en términos generales todos los contenedores de la capital funcionan bien, «sí que es cierto que existe una relación directa en cuanto a la concentración de población a la que puede dar servicio un contenedor y la cantidad de aceite recogido».
Por destacar un contenedor en la capital el de «Fuente del Oro es un barrio muy concienciado en el tema de recogida de aceite vegetal usado, desde luego sin desmerecer al resto que también están cumpliendo de forma satisfactoria». 
En la provincia sí que hay zonas mucho más concienciadas como puede ser la zona de la Sierra donde sus municipios a pesar que ser más pequeños «su porcentaje de reciclaje es mayor que por ejemplo la zona suroeste de Cuenca donde se concentra más población, pero con unos índices de reciclado mucho menores». 
Reconoce sobre todo que poco a poco el ciudadano se va concienciando aunque todavía existen personas reticentes, bien sea «por desconocimiento del daño que puede causar, bien por falta de medios para reciclar cercanos a su vivienda». 
Cada litro de aceite vegetal usado contamina en total 1.000 litros de agua y que por cada litro de aceite usado «que se transforma en biodiesel se deja de emitir a la atmósfera 1,32 kg de CO2, el principal gas de efecto invernado». 
Todo ello sin contar con la reducción del consumo de agua al no arrojarlo por el fregadero y «el impacto medioambiental que genera en nuestros ríos donde no existen medios de depuración». Alonso agregó que  una vez recogido el aceite pasa por un proceso de triaje para separar diferentes tipos de residuos vertidos en los contenedores, como plástico, cristal, etcétera 
Para un mejor reciclaje del aceite «es imprescindible verterlo al contenedor en una botella de plástico bien cerrada, ya que el proceso de la línea de triturado solo admite botellas de plástico realizándose un reciclaje completo tanto del aceite como del plástico del envase». Después el aceite se filtra, se decanta y se almacena en los correspondientes depósitos para posteriormente enviarlo a las plantas de fabricación de biodiesel.