Editorial

La suerte no está echada aún, pero el voto por correo sí

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Situaciones excepcionales conllevan medidas singulares. España se ve inmersa en una campaña electoral en la recta final de julio y, con los termómetros desatados y en plenas vacaciones de algunos ciudadanos afortunados, el voto por correo se ha transformado para muchos en la única herramienta posible para poder cumplir con el deber cívico de la fiesta de la democracia.

El pasado jueves acabó el plazo para poder solicitar el voto por correo y se han superado los 2,6 millones de solicitudes. La cifra es tan espectacular como atípica la fecha electoral, una rareza en sí que sirve para marcar un récord histórico desde que se permite esta modalidad de voto no presencial en España, con un incremento del 94,71% respecto a los comicios anteriores, en abril de 2019, y de un 80,45% con las generales del 26 de junio de 2016, que hasta ahora ostentaban la cifra más alta de solicitudes de la democracia española.

Los trabajadores de Correos están dando la cara y sudando la gota gorda y, según las previsiones de la propia compañía, en la jornada de ayer se habían puesto a disposición de los electores 1.885.223 documentaciones. La tarea se presupone hercúlea y la responsabilidad máxima.

El voto es un derecho constitucional, y el modo de hacerlo por correo no tiene que restar un ápice a su eficacia. El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que conoce a la perfección cómo funciona la casa puesto que fue su presidente entre el año 2000 y 2003, no está para nada convencido del proceso. Lentitud en reforzar plantillas, improvisación y críticas a la gestión económica de Correos en los últimos años han sido algunos de los recados que el candidato ha lanzado en los últimos días, insinuando incluso una confabulación para que el sistema no funcione correctamente.

Sospechas a parte, la avalancha de usuarios es excepcional y conlleva medidas inéditas que se pondrán a prueba en las próximas 24 horas. Ayer aún faltaban por entregarse 737.585 documentaciones electorales a votantes de todo el país, que tienen que ser proporcionadas como tope este domingo para tener opción de votar.

Los repartidores de Correos tienen que entregar personalmente, y a contrarreloj, la documentación, con un máximo de dos intentos. De no ser posible, dejarán aviso de llegada y el interesado tendrá que acudir personalmente a recogerla. Los pasos parecen complicados, pero de cumplirse todo como es debido el ciudadano tendrá hasta el 20 de julio para depositar su voto por correo en cualquier oficina identificándose debidamente.

Un total de 1.966 oficinas de todo el país abrirán hoy y 276 mañana para facilitar los trámites. La suerte no está echada, pero sí el poder votar por correo.